CICLISMO

José Herrada se impone en la Klasika Primavera

Es la victoria más importante de su carrera. El Movistar por fin pudo sacarse la espina tras la decepción del GP Indurain y la Vuelta al País Vasco.

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José Herrada se impone en la Klasika Primavera
Miguel Toña EFE

El Movistar llevaba una sombra rusa acechando en los últimos días y se la sacó en Amorebieta. El Katusha le arrebató la gloria en el Gran Premio Miguel Indurain (Vicioso asestó el golpe de gracia a Ion Izaguirre e Intxausti) y Purito reventó los pronósticos que otorgaban a Nairo Quintana la txapela en la Vuelta al País Vasco. José Herrada rompió esa inercia en la Klasika Primavera ante el acoso del ruso Shalunov, del Lokosphinx. El manchego es pura obstinación. En Amorebieta demostró su casta. Ni el topetazo que se dio en la accidentada llegada a Bilbao en la Itzulia le merma la ambición. Fue el mejor parado de la caída, sí, y hasta pudo levantarse, pero los daños en la carrocería eran importantes. De hecho, en la ronda vasca fue de los más activos y un gran colaborador junto con Gorka Izagirre y Antón para tratar de elevar a Nairo Quintana. “Me di un buen golpe y los dolores persisten”, suspiraba en meta tras la Klasika.

Herrada sólo tenía hasta ahora una etapa en el Tour del Pornevir, otra en la Vuelta a Portugal (Caja Rural) y el Cinturó de l’Empordá. De familia ciclista, su hermano Jesús (del mismo equipo) también va haciendo camino. Habitualmente José presta sus piernas a otros gallos y esta vez, excepcionalmente, le tocó acaparar todos los flashes. Su triunfo premia la labor sin recompensa de Movistar estos días. Las obras en Autzagane han variado el recorrido de la Klasika, pero los ‘telefónicos’ tenían clara la estrategia. En las tres subidas a Montecalvo fueron madurando la fruta.

Desde primera hora se desató una revuelta con 18 hombres en fuga. Se quedaban sin opciones los Antón, Izagirre, Intxausti y compañía, es decir el ramillete de favoritos. Se trataba de una escapada consentida, porque había muchos equipos representados. Se fueron hasta los seis minutos de ventaja en el inicio de la penúltima vuelta al circuito. Movistar se movía atrás, pero sin mucha convicción porque tenía buenos caballos delante.

En un día primaveral, estampa de bello ciclismo, la fuga se rompió con la cercanía de la línea de meta. Herrada, Soler (neoprofesional que el año pasado dominaba en las pruebas del Euskadun), Imanol Estévez, Pablo Torres, el ruso Shalunov, Álex Marque (ganador de la Vuelta a Portugal con polémica incluida al detectarle una sustancia prohibida, lo que provocó que no siguiera en el Movistar), Egoitz García, Mancebo, Fonte y De la Fuente anticipaban al grupito cabecero.

El Movistar colaba dos entre los ocho de cabeza y luego apostó más sobre seguro, porque antes de la última subida dinamitaron la carrera Soler y Herrada, con Shalunov como pegatina de ambos. El ruso pertenece al Lokosphinx y es un clásico en este tipo de carreras. El trío cabecero estabilizó la ventaja en unos 40 segundos cuando subía Montecalvo. Por detrás maniobraban Mancebo, Fonte, Estévez y Barbero. Marc Soler hizo un trabajo descomunal para reventar la molesta compañía. El corredor de Mota del Cuervo, allá, en Cuenca donde todo es llano y se ven casi las torres de Madrid, se fue en la última ascensión y de ahí a meta nadie le quitó el sueño que perseguía.