Thibaut Pinot es zurdo. “Como futbolista, habría costado muchos millones de euros”, dice a AS con socarronería. Gran aficionado al balón e hincha del París Saint Germain, uno de sus peores momentos en 2017 no llegó sobre la bicicleta, sino con la derrota del PSG ante el Barcelona en los octavos de final de la Champions: “Después del 4-0 de la ida me parecía imposible perder la eliminatoria, pero el Barça logró una remontada histórica. Nos toca esperar una nueva ocasión más adelante, y mejor no hablar del árbitro”. En Italia, tifa por el Milán: “Me pongo la camiseta y el pantalón para andar cómodo”.

Aunque los medios de su país le han definido alguna vez como frío o indolente, este francés de 26 años, tercero del Tour de 2014, tiene grabado en la piel un lema que demuestra su carácter ganador: “Sólo la victoria es bella”. Se reafirma: “Me entreno para vencer, no me interesa nada más alrededor, simplemente quiero hacer bien mi trabajo”. Le prepara su hermano, Julien, que se retiró prematuramente por un problema de corazón: “Me conoce como nadie, y yo procuro conseguir cosas que él no pudo por su salud”.

De cara al Giro se ha concentrado en Gran Canaria. Llega con dos triunfos en el zurrón, uno en Andalucía y otro en el Tour de los Alpes: “Creo que me encuentro con la forma óptima, aunque en la semana previa me costó salir a entrenarme por la muerte de Michele Scarponi, me afectó bastante”. Para desconectar enchufa la PS4 o ve series. Sin embargo, durante las próximas tres semanas sólo quedará lugar para el libro de ruta y el descanso: “Deseo acabar lo más arriba en la general. No sería honesto si dijera que me conformo con un top-ten”. Marcha undécimo, a diez segundos de Bob Jungels.

Siempre educado y correcto, como favorito número uno y rival a batir señala a Nairo Quintana, pero piensa que la carrera ofrecerá “una buena oportunidad a los valientes”: “Y sin el Sky del Tour, un equipo que bloquee sin piedad, la competición se abrirá más. Con tantos candidatos, se producirán movimientos. Voto por Nairo como el más fuerte, y yo intentaré estar a la altura de mis adversarios y del Giro 100”. En casa le esperará su rebaño de cabras y ovejas, del que se preocupa con llamadas telefónicas diarias a su padre.

Thibaut Pinot

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