"Solo pienso en el día a día", esa fue la frase más repetida de Alejandro Valverde en la temporada 2016. El ciclista murciano disputó un total de 92 carreras, siendo el décimo corredor del pelotón con más kilómetros sobre el asfalto. Esfuerzo que le valió para concluir en cuarta posición en el Ranking World Tour, solo por detrás de Peter Sagan, su compañero Nairo Quintana y, el tricampeón del Tour de Francia, Chris Froome.

La incógnita estaba en si podría repetir un año como el 2016, donde, aparte de correr las tres grandes vueltas por etapas, el ciclista del Movistar disputó las clásicas de primavera, los Juegos de Río y el campeonato nacional, entre otras citas del calendario. Incombustible, eterno, incansable... eran los calificativos que más se le acuñaban. El nombre de Valverde se relacionó con la épica, con el esfuerzo, con el sacrificio. Pero en esta temporada que se avecina las cosas cambiarán: Valverde no repetirá un año tan cargado y volverá con su calendario habitual de Clásicas, Tour, Vuelta y Mundial.

Siete triunfos le contemplan esta campaña, donde destacan, por encima de todo, su victoria en la Flecha Vallona y el tercer puesto en el Giro de Italia, donde además sumó un triunfo de etapa. No fue el 2016 el año más fructífero para el murciano, en cuanto a victorias de etapa se refiere, pero sí donde más se le conoció su virtud como gregario: "En el Tour y en la Vuelta trabajé para Nairo y me sentí muy cómodo. Este año lo volveré a hacer, nunca he puesto pegas. Creo 100% en sus posibilidades y pienso que este puede ser el año en que gane el Tour, aunque con un coloso como Froome delante es muy complicado".

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A sus 36 años, Valverde ha renovado tres más con la estructura de Eusebio Unzué, lo que garantiza la presencia del Bala en la élite, por lo menos, hasta el 2019. En la temporada 2017 volverá al clásico calendario que nos tiene acostumbrados. Se marca como principal objetivo victorias en las clásicas donde aún no ha ganado, como la Amstel Gold Race o El Giro de Lombardía. Y en el horizonte, su gran asignatura pendiente: el Mundial.

Un Campeonato del Mundo donde ha logrado seis medallas, dos de plata y cuatro de bronce, ahí es nada, pero donde siempre se le ha resistido la victoria. Este año, como muchos gallos del pelotón, desestimó la opción de participar en Qatar, donde el trazado y las condiciones de carrera no le favorecían (quizá la única carrera a la que el murciano dijo no en 2016). Pero este año el Mundial vuelve con un recorrido exigente y donde Valverde ya tiene el ojo puesto: "Tengo muchas ganas de ese Mundial en Noruega. Un oro sería el broche perfecto a mi carrera. Este año el recorrido es más exigente; espero estar allí y tener opciones de hacerme con la victoria", dijo un Alejandro Valverde que, pese a llevar quince años como profesional, no pierde la sonrisa de cara a la próxima temporada, la que será la decimosexta como ciclista de élite y la decimotercera ligado a la escuadra de Eusebio Unzué.

Alejandro Valverde

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