Andorra es sobre todo nieve, un sector que en los cuatro meses invernales cubre el 45% de las  pernoctaciones anuales. Pero el país pirenaico quiere ser más cosas y atraer también visitantes en otras fechas del año. “Por eso durante unas semanas de este verano nos vamos a convertir en el centro mundial del ciclismo”, afirmó el ministro de Turismo del Principado, Francesc Camps, durante un acto en FITUR. Se refería a los Mundiales de mountain bike (BTT), del 31 de agosto al 6 de septiembre, y a la etapa reina de la Vuelta a España, el 2 de septiembre.

“Andorra va a acoger la etapa más dura de la historia de la Vuelta”, afirmó Javier Guillén, director general de la gran ronda. La etapa en cuestión es la undécima, entre Andorra la Vella y el inédito Cortals d’Encamp, con 5.300 metros de desnivel repartidos por seis puertos y 138 kilómetros. “Purito, que nos ha ayudado, nos animaba a endurecer la jornada y nos decía: ‘El ciclismo necesita este tipo de etapas”.

Purito Rodríguez, también presente en FITUR, recientemente designado como la imagen de Andorra Turismo a nivel internacional, asentía ante las palabras de Guillén: “Esta etapa quedará marcada en la historia, no hay un palmo de llano. No sé si es la más dura de siempre, al menos sí de las que yo he conocido en la Vuelta. Durante mi carrera podría señalar una del Giro, la de Val di Fassa en 2011”, en una jornada que vio ganador a Mikel Nieve, diferente a la andorrana porque se trataba de un etapón de 229 kilómetros. El catalán, que reside en el Principado, asegura que “correr en casa será especial” y que últimamente ha recibido “varias llamadas de otros compañeros para hacer de sherpa en la inspección de los puertos”.

Los Mundiales de mountain bike, que se celebrarán en Vallnord tras la experiencia de haber acogido tres veces la Copa del Mundo, también tiene las miras muy altas. “Este es el evento más importante que se ha hecho en Andorra”, afirmó David Baró Riba, cónsul de la Massana y presidente de Vallnord. El biker francés Cedric Gracia, que participa en la organización, explicó que había diseñado “un circuito físico y técnico al mismo tiempo”. Y puesto a ser ambiciosos, se han marcado como objetivo que “el descenso de BTT sea equiparable al de Kitzbuhel en esquí alpino”. Ahí es nada.

Tras estos dos grandes eventos, Andorra ya tiene nuevos desafíos para 2016, año en el que acogerá la llegada de una etapa del Tour de Francia. “No será una etapa íntegra como la de la Vuelta y no sabemos demasiados detalles, pero invitamos a los organizadores a que se animen a meter el máximo de recorrido que puedan por nuestro territorio. Que aprovechen puertos como la Gallina o como Beixalís, que estamos asfaltando en este momento”, aclaró Camps.