Tras el Dauphiné Liberé, Alberto Contador se quedó en los Alpes para inspeccionar las tres principales etapas alpinas que se recorrerán en el Tour el sábado 10, el domingo 11 y, tras el primer día de descanso, el martes 12 de julio. La conclusión global que ha sacado es que "estas etapas serán principalmente de desgaste". "Se verá la gente que está en forma y el que no esté bien sí perderá tiempo. Pero no creo que la general quede definida tras estos días".

Al doble ganador del Tour (2007 y 09) le gustan más las etapas pirenaicas, que se corren más tarde (18 a 22 de julio) y que ya supervisó a finales de mayo. "Los Pirineos serán mucho más duros y decisivos. Allí se jugará la carrera".

Alberto recorrió los puertos alpinos en compañía de cinco compañeros: el italiano Tiralongo y los españoles De la Fuente, Navarro, Noval y Jesús Hernández, que están en la preselección de la formación de Astaná para el Tour. En dos días recorrieron tres etapas, la de Rousses, que sólo tiene de particular la llegada, la hicieron en coche. "Esta etapa me ha decepcionado. Sólo tiene 3 km duros y de ahí a meta hay unos catorce".

"La de Morzine-Avoriaz sí es más dura. Pero salvo para la gente que falle, las diferencias no serán excesivas. Creo que llegarán tres o cuatro juntos a la meta".

La que más le gusta es la de la Madeleine. "Habrá que subir 4.500 metros de desnivel en total. De la cima a la meta hay 32 kilómetros, pero 23 son de bajada. Puede que alguien lo intente de lejos".