Holanda está volcada con la Vuelta a España. País amante del ciclismo, con más bicicletas (18 millones) que habitantes (15 millones), para los holandeses es un acontecimiento que una gran ronda salga de su tierra. Aunque no es la primera vez, ya el Giro de 2002 realizó su arranque en Groningen (a 25 km de Assen), ni será la última, porque el año que viene se iniciará en los Paises Bajos tanto el Giro (Amsterdam), como el Tour (Rotterdam).

Un dato determinante: para la primera etapa de la carrera se han acreditado ya 700 periodistas cuando el año pasado sólo se llegó a las 300 inscripciones de inicio y a las 800 en el total de la Vuelta. La demanda ha obligado a los organizadores a limitar el acceso a la sala de prensa, a pesar de que disponen de un local amplio, que no es otro que el del circuito de Assen.

Ingeniosos carteles con una bailarina en traje de faralaes y el toro de Osborne anuncian el inicio de la Vuelta. De acuerdo con Unipublic, los holandeses han montado su propio comité organizador, que ha programado actos culturales y lúdicos para reforzar el acontecimiento ciclista. Traer la carrera le va a costar a la Provincia de Drenthe 2,2 millones de euros.