Un buen líder sabe cuándo debe dar un paso atrás. Tom Boonen así lo hará para la Milán-San Remo, donde cederá los galones de líder del Quick-Step Floors al colombiano Fernando Gaviria. De esta manera se lo ha manifestado el ciclista belga a varios periodistas en la Tirreno-Adriático: "Para nosotros, ahora mismo, Gaviria es el líder para la Milán-San Remo. El final se adecua perfectamente a sus características. Su potencia será clave". Aun así, no irá a pasearse al primer monumento de la temporada: "Quiero desempeñar un papel importante y ayudar en todo lo que pueda a Fernando".

Milán-San Remo será el 40º monumento de Boonen en sus 16 años como profesional. Ha estado cerca de la victoria varias veces -incluyendo dos podios- pero revela que sólo tuvo las piernas necesarias para vencer en una sola ocasión: "Si echo un vistazo a todas las ediciones de Milán-San Remo que he disputado, siento que solo pude luchar por la victoria una vez; en 2008 o 2009, creo. Ahí realmente tenía piernas para ganar". Una carrera de siete horas que se decide en segundos o en un momento de inspiración. Complicadísima de lograr incluso para una leyenda como Tom Boonen.

Los velocistas del Quick-Step no lo tendrán nada fácil para conquistar La Classicissima. Y es que enfrente tendrán a Peter Sagan, campeón mundial y europeo y ganador ya de tres etapas en lo que vamos de temporada (Kuurne y dos en la Tirreno-Adriático). "Tenemos un equipo más completo que él, debemos aprovecharlo", asegura un Boonen que no se olvida de otros rivales de gran entidad: "No solo debemos estar atentos a Peter. Acuden los mejores sprinters (Cavendish, Demare, Degenkolg...) y clasicómanos (Van Avermaet, Wellens, Dumoulin...) del mundo. No será tarea sencilla". El sábado, lo que es seguro, es que será la última Milán-San Remo que dispute Tom Boonen. La última aparición del Torpedo en el país transalpino.

Sigue la narración de la Clásica Milán San Remo 2017