Tavira volvió a hablar alemán. Es su idioma predilecto cuando llega la Vuelta al Algarve. Esta vez le tocó el turno a Marcel Kittel, que sigue arrollador en la última recta, aunque pique ligeramente hacia arriba como este sábado, y se llevó el sprint de la cuarta etapa por delante de Wouter Wippert y Jens Debusschere. Es la quinta victoria de Kittel en la actual temporada, tras sus dos triunfos parciales y la general del Tour de Dubai y la etapa inaugural de la presente ronda portuguesa. José Joaquín Rojas se clasificó quinto.

Tavira, como decíamos, es una llegada talismán para los alemanes. Las tres visitas anteriores se saldaron con victorias de Tony Martin (2013), Gerard Ciolek (2012) y André Greipel (2011). En los dos primeros casos, igual que en esta edición, el triunfo viajó a las vitrinas del Quick Step. La escuadra belga es otra especialista en Tavira, una ciudad que rebosa ciclismo. Y no sólo por el equipo de la casa, este año patrocinado por el Sporting de Portugal, sino por los miles de fieles aficionados que inundaron las calles.

El alemán que no pudo pujar en esta ocasión por la victoria, que ya había conquistado hace cinco años, fue Greipel. El Gorila de Rostock, que había sido segundo el primer día en Albufeira, sufrió una caída a 40 kilómetros de la meta que le dejó maltrecho. Su relevo en el Lotto-Soudal lo tomó Debusschere, que entró en tercera posición.

Tony Martin ganó hace tres años en una contrarreloj que le sirvió para rematar su triunfo final. En el presente 2016 también ha terminado aquí vestido de amarillo. ¿Premonitorio? Esta vez lo va a tener más complicado, porque Geraint Thomas (a 3”), Ion Izagirre (a 20”) y Thibaut Pinot (a 47”) acechan en la general a falta de la disputa, este domingo, del Alto de Malhao. Alberto Contador, que entró en el pelotón, ha vencido dos veces ahí. Y quiere una más. Otra cosa es que tenga piernas para ello. Se verá en el siguiente capítulo.