Alexander Kristoff está siendo una de las sensaciones del arranque de temporada. Tres victorias en Qatar y una este jueves en Omán (lo mismo que en 2015) le hacen liderar el ránking de victorias de lo que va de año junto al alemán Kittel (dos etapas y general en Dubai, y una etapa en Algarve) y al francés Petit (todas en la Tropicale Amissa Bongo de Gabón).

El noruego no sólo ha llegado en forma al arranque de año, sino que el tren del Katusha funciona a la perfección: “Los compañeros están haciendo un trabajo magnífico. Hoy en Omán el lanzador Guarnieri pinchó en los últimos kilómetros, pero Haller primero y luego Morkov me dejaron bien colocado a 200 metros. No sólo están saliendo las cosas sino que encontramos soluciones ante los problemas”.

En este estado de forma, el de Oslo volverá a ser una referencia de cara a la primavera: “Estas carreras, junto con la París-Niza, están enfocadas a llegar bien a mi primer gran objetivo: San Remo”. Una carrera que ya ganó en 2014, mientras que en 2015, dentro de sus 20 victorias se encontraban la Scheldeprijs y Tour de Flandes. Esos volverán a ser algunas de sus ambiciones, junto a la París Roubaix, pero donde no estará será en los Juegos de Río: “Quiero estar bien para el Tour de Francia y luego el Mundial me motiva porque ya he ganado en ese recorrido en el Tour de Qatar. Pero de los Juegos de Río me olvido, es demasiado duro para mí”.

Kristoff, que al enterarse en Qatar de que su equipo, el Katusha, no sería suspendido por el positivo de Paolini, declaró que estaba “feliz por centrarse sólo en la temporada”, empieza a sentir la presión de haber firmado un 2015 tan espectacular. Su rueda en Qatar y Omán es la más vigilada en las llegadas: “Necesito acostumbrarme a eso. Supongo que cuando se llegue al sprint y estén otros nombres como Kittel o Greipel no será tanto así. Pero es buena señal, querrá decir que soy el más rápido”.