El Giro de Italia ya es pasado. En nuestras retinas quedarán por siempre el triunfo de Dumoulin, la última semana de Landa o el destape de Fernando Gaviria. Pero quedarse estancado sirve de poco. Nos adentramos en junio y el ciclismo no para, ni mucho menos. El verano se acerca y, por consiguiente, el Tour de Francia: la carrera ciclista más importante de la historia que este año celebra su 104ª edición. Y, como no podía ser de otra manera, se presenta apasionante. 

Allí acudirá Alberto Contador, a por su triple corona en la Grande Boucle, las mismas que posee su principal rival, Chris Froome. Pero antes de eso (1 de julio comienza la ronda gala), los gallos que disputarán el Tour estarán presentes -en gran parte- en el Critérium Dauphiné (4-11 de junio), antes conocida como la Dauphiné Liberé. Una cita fija en el calendario para llegar con el punto de forma óptimo a la madre de todas las batallas.

El madrileño estará arropado por su equipo, el Trek-Segrafredo. La escuadra de Luca Guercilena, que hasta ahora solo cuenta con cinco victorias en lo que llevamos de campaña, asiste sin todo su arsenal: Bauke Mollema, que descansará hasta el comienzo del Tour después de disputar el Giro, y Jarlinson Pantano, que estará en la Vuelta a Suiza, no serán de la partida.

Los que sí acudirán son los españoles Mikel Irizar, Jesús Hernández y Haimar Zubeldia, que serán los hombres de confianza de contador en la montaña. Michael Gogl, Fumiyuki Beppu, Edward Theuns y André Cardoso completan el equipo que ayudará a Contador a conquistar su primera Dauphiné. Una carrera que se le resiste al pinteño (dos segundos puestos en la general), pero en la que ha conseguido tres victorias de etapa y siempre ha dejado su huella.