Sin Stefano Pirazzi ni Nicola Ruffoni, cazados por la UCI en sendos controles por sorpresa, el Bardiani tomó la salida en Alghero. La organización del Giro decidió no excluir a los otros siete corredores y emitió un comunicado: “Nos reservamos el derecho de las medidas necesarias en caso de que hiciera falta salvaguardar nuestro buen nombre”. La escuadra italiana se arriesga a una suspensión de 15 a 45 días por cometer dos infracciones antidopaje en un periodo de doce meses. Sin embargo, la resolución corresponde a la Comisión Disciplinaria de la UCI.

El equipo sabe ya que una reunión de esta Comisión se puede producir en breve, y la aplicación de la sanción sería inmediata: “Tememos que no acabaremos la carrera en Milán”. A pesar de la gravedad de la situación, el Bardiani defiende la inocencia de Pirazzi y Ruffoni: “No actuaremos hasta que nos comuniquen los resultados de sus contraanálisis. En caso de otros dos positivos les despediremos. Mientras, les debemos un voto de confianza. Aunque nadie desea sombras alrededor de nuestro proyecto, que quizá peligre, creemos en ellos”.