DOPAJE TECNOLÓGICO

El fraude mecánico: ruedas electromagnéticas y motores

En febrero, la Gazzetta dello Sport ya relató en que consistía el dopaje tecnológico. Fue a raíz de encontrar el motor a la belga Van den Driessche.

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El fraude mecánico: ruedas electromagnéticas y motores

Los motores y las ruedas electromágneticas vuelven a la actualidad tras los reportajes de France 2 y el Corriere della Sera, pero en 2016 ya estuvieron en el candelero... A comienzos de febrero, a raíz de que se encontrará un motor en la bicicleta de Femke Van den Driessche en los Mundiales de ciclocross, la Gazzetta dello Sport publicó una información en la que un ingeniero (Míster X) explicaba “los dos métodos de dopaje mecánico”: “Los motores que se montan en las bicis y las ruedas electromagnéticas”.

Dispositivos en bicicletas

Mister X los explicaba así: “Se meten en el tubo vertical y se engranan mediante dientes cónicos en el eje del pedal. Este motor suele ser un cilindro plástico y silencioso, produce de 50 a 500 vatios y se enchufa vía Bluetooth”. Istvan Varjas, otro experto consultado por L’Équipe, contó que se conectan al pulsómetro de los ciclistas. Sin embargo, la batería dispone de una autonomía limitada. Los motores de primera generación valdrían 20.000 euros. Los más sofisticados entre 100.000 y 150.000.

Ruedas electromagnéticas

Mister X dice que son las favoritas de los profesionales. “Otro nivel. Aquí tenemos una rueda trasera acelerada por un mecanismo escondido en la llanta, activada con el potenciómetro. Nos situaríamos en 200.000 euros y, aunque origina menos potencia, entre 20 y 60 vatios, se puede cargar con el pedaleo y resulta suficiente para convertir a un corredor normal en un fenómeno”.