El parte médico da escalofríos: fractura múltiple del radio, fractura del escafoides, dos piezas dentales rotas, el labio superior partido, heridas en el rostro… El argentino Eduardo Sepúlveda, uno de los ciclistas más en forma de este inicio de temporada, ganador de una etapa de montaña y segundo en el Tour de San Luis, pasará este miércoles por el quirófano en Lyon (Francia) para operarse de la muñeca, que necesitará de tornillos y una placa. Por delante le quedan en torno a tres meses de baja, según informaba su equipo, el Fortuneo.

Sepúlveda, de 24 años, natural de la Patagonia argentina, quedó así de maltrecho por el atípico accidente que sufrió el domingo en La Drôme Classic, una carrera que se disputa en el Departamento de Ardecha. En un repecho, a unos 200 metros de la meta, un golpe de viento hizo que volara una valla y colisionara contra el menudo escalador. “Perdí el conocimiento y tardé en despertar. Afortunadamente, el escáner salió bien y descartó problemas en este sentido. La mala suerte me persigue, tengo mucha bronca”, declaró el corredor en ciclismointernacional.com.

El grimpeur del Fortuneo se pierde así uno de sus grandes objetivos: la París-Niza, que comenzará el próximo domingo. “Estaba muy bien preparado para esta carrera, que era una de sus metas principales de la temporada. Un verdadero golpe para el equipo y para Eduardo, que atraviesa un momento difícil. Estoy muy triste por él, que no ahorra en caídas”, dijo Emmanuel Hubert, mánager general de la formación francesa, que se mostró “confiado” en que Sepúlveda pueda “estar listo para el Tour”. Allí quiere sacarse la espina del año pasado, cuando fue expulsado de la Grande Boucle por subirse a un coche tras sufrir una avería. Los nervios de la juventud le traicionaron cuando ocupa la 19ª plaza de la general.

Su accidente ha conmocionado al deporte francés hasta el punto de que el diario deportivo L’Équipe le dedicó este martes un reportaje de una página.