-¿Por qué sólo marcó a Landa durante la subida a Cervinia?

-Pude jugar con las diferencias a mi favor. Sabía que el corredor al que debía vigilar era Landa, el más peligroso, porque ha demostrado encontrarse muy fuerte y era el que más cerca estaba en la general. Para mí fue un buen día porque salvamos la maglia. Aru me recortó tiempo, pero me siento contento con la situación actual.

-Entonces, ¿mal menor que Aru se pusiera a 4:37?

-No, creo que supuso un buen balance para nosotros. Cuando estás con un grupo de ciclistas, debes elegir qué táctica aplicar. El corredor más próximo era Landa, así ahí tenía que centrar mis ojos. El resto eran intereses de otros, en una cumbre sin grandes pendientes. Por tanto, no hay problema.

-¿En la Finestre el marcaje pasará a Aru?

-Bueno, me fijaré en los dos. La Finestre, con un porcentaje al 9,2%, supondrá una prueba más complicada que Cervinia. Lo importante es que se restan días del calendario y Milán cada vez se encuentra más cerca.

-¿Le da igual quién haga segundo o tercero?

-Sí. Yo he trabajado cinco meses para conquistar el Giro, eso es lo único que me importa hasta que concluya esta ronda.

-En la última etapa de montaña se ascenderá la Finestre, con casi ocho kilómetros de tierra. ¿Le motiva conquistar el puerto y luego Sestriere?

-Hombre, se trata de un puerto mítico, de esos de los que se habla mucho. La verdad, es una cima que recuerdo con agrado de 2011, lo pasé bien y me encantó, aunque debes disponer de muy buenas piernas por su tremenda exigencia. Sin embargo, será la penúltima jornada, casi el último esfuerzo hasta Milán, quedará muy poco, y habrá que darlo todo.

-¿Intentará coronar primero?

-Lo que yo prefiero es llegar con la maglia rosa y mantenerla en Sestriere, las demás cosas son secundarias.