Alberto Contador colgó ayer una foto en Twitter con su bicicleta Specialized conmemorativa de su triunfo en la Vuelta a España, con colores rojigualdas. “La estrenaré en la Milán-Turín”, anunciaba el líder del Tinkoff. Y sobre esa montura intentará este miércoles volver a ganar, como ya hizo en 2012, la clásica decana del ciclismo mundial, que nació en 1876 y cumple su 95ª edición.

Tras cuatro años sin celebrarse, la Milán-Turín (193 km) regresó en ese 2012 con un nuevo recorrido que incluye dos subidas a Superga (4,5 km a más del 9%). Contador logró ahí su única victoria en una clásica de renombre. Y hoy aspira a repetir ante Purito Rodríguez, Dani Moreno (tercero en 2013), Fabio Aru, Ryder Hesjedal y Ion Izagirre, entre otros.

En las filas del equipo de Contador también rea­parece Roman Kreuziger, que fue absuelto por el Comité Olímpico Checo, después de que la UCI hubiera pedido una sanción por valores anómalos en su pasaporte biológico.

Tras ganar la Vuelta, Alberto Contador no ha corrido ninguna competición oficial, tan sólo una cicloturista de un patrocinador durante dos días, el 20 y el 21 de septiembre, que incorporaba las subidas al Gavia y al Mortirolo. El madrileño reaparece ahora en la Milán-Turín, que también le servirá de preparación para su final de temporada, que incluye el Giro de Lombardía (5 de octubre) y el Tour de Pekín (10-14 del mismo mes). En estas dos carreras, Contador defenderá su número uno del World Tour frente a Alejandro Valverde.