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Tour de Francia

Valverde dice adiós al podio

No hizo una buena contrarreloj y se vio superado por Péraud, segundo en París, y Pinot, tercero. Ganó Tony Martin. Nibali, sin presión, acabó cuarto.

Actualizado a
UN SUPLICIO. El cansancio acumulado pareció mermar el rendimiento de Valverde durante la crono de ayer, que acabó lejos de sus rivales por el podio de París.
EFE

Llegará el día en que echaremos de menos luchar por el podio del Tour hasta la penúltima etapa. Lo que ahora se entiende como una decepción será interpretado como un éxito, como el renacer del ciclismo español. No es un mal augurio. Contador, la más joven de nuestras figuras, tiene 31 años. Tras él no hay certezas, sólo esperanzas. Jesús Herrada (24) e Izagirre (25) han brillado en el Tour que hoy termina, lo que demuestra tanto carácter como talento. Ahora les queda dar el paso que distingue a los muy buenos de las estrellas. No lo tendrán sencillo. A su edad se abre camino una generación de oro que se confirma esta temporada: Nairo (24), vencedor del Giro; Pinot (24), tercero en el Tour. Bardet (23), Kelderman (23), Barguil (22)...

Nadie mejor que Valverde para representar la situación del ciclismo español y la insaciabilidad de los aficionados, de todos nosotros. Su cuarto puesto en el Tour se leerá como una derrota y su mala crono como un déficit. Se le mandará a las Clásicas, como si allí no estuviera también el paraíso, y hasta se le echará en cara la ausencia de Nairo, como si él mandara en Movistar. Es curioso. La trayectoria deportiva de Valverde nos permite observar como el bueno se puede convertir en el malo de la película. Sólo hacen falta malas decisiones y peores compañías. No olvidemos que a quien más perjudicó el dopaje fue a los buenos ciclistas, y pocos hubo mejores que el murciano.

Apreciaciones. El caso Valverde nos muestra también nuestras propias taras como observadores. Hemos llegado a creer que quien no está en condiciones de ganar un Tour es un ciclista menor. Poco importa que termine cuarto o tercero, como Purito el pasado año. Deberíamos recuperar la modestia de nuestros mayores, que veían ganar un Tour cada quince años y eran capaces de degustar cada etapa, cada maillot de la Montaña, cada edición. Cuánto hubieran celebrado ellos el octavo puesto de Haimar Zubeldia, quinto top-ten en 13 participaciones, heroico rendimiento a los 37 años.

No me iré más por las ramas: Valverde corrió sin fuerzas la crono que decidía el podio y lo perdió. Ya en el kilómetro 19 entregaba 1:08 con Péraud y 43 segundos con Pinot. En meta cedió 2:01 con corredor de Ag2r y 1:16 con el ciclista de la FDJ. Fue una desilusión, naturalmente, pero no se pueda culpar de nada a quien está agotado. Se pueden hacer reproches a quienes no lo intentan, a los reservones, a los mezquinos. A los exhaustos sólo se les puede dar agua.

Como estaba cantado, Tony Martin ganó la crono (segunda etapa, tras la de Mulhouse) y, como parecía probable, Nibali acabó cuarto. Al italiano le acompañarán en el podio Péraud y Pinot, dos franceses en el cajón 30 años después de Fignon e Hinault, doble premio para un ciclismo que, desde Virenque (1996 y 1997), no terminaba en puestos de honor. Francia podría enseñarnos paciencia, también Italia, que no ganaba un Tour desde Pantani (nosotros hemos ganado cuatro desde 1998). Los tiempos cambian. Nos lo tuvo que confirmar una crono, precisamente en Bergerac.