En 1984, Miguel Indurain Larraya corrió la Vuelta a Navarra con el maillot del Rey­nolds. Se impuso en la Montaña de aquella edición y después conquistaría cinco Tours y dos Giros. En este 2014, 30 años después, Miguel Indurain López de Goicoechea, su hijo, acaba de disputar la carrera de su tierra con los colores del Caja Rural, en su primera temporada como Sub-23.

A Miguel Júnior, de 18, no le afecta la presión del apellido: “No me parece tan importante. Cómo me llame no influye a la hora de dar pedales. Hago lo que tengo que hacer y doy lo que debo dar”. Acompañado por su tío, Prudencio, y su madre, Marisa, se sentía ilusionado por participar en la ronda: “Se trata de la mejor prueba en la que me han inscrito hasta ahora. Tenía ganas de disfrutar”.

En 2013, en categoría juvenil, Miguel se proclamó campeón de Navarra de fondo y de contrarreloj. Sus buenas prestaciones llamaron la atención de varias escuadras, pero se decidió por la oferta del Caja Rural: “Mi objetivo en mi primera campaña Sub-23 es aprender. Y me encuentro en el sitio apropiado”. Su padre comparte su opinión para AS: “Está en el equipo de casa, muy ilusionado. Quiere probar en mi deporte y yo salgo de vez en cuando con él, aunque me cuesta seguirle”.

Charlan bastante, pero el quíntuple vencedor del Tour no le ha empujado a la bici: “Le aconsejo si me lo pide. Hasta los 12 años jugaba al fútbol. Él decidió cambiarse a la bicicleta, porque siempre la ha visto en nuestra familia. Me gusta que se desenvuelva bien en la crono, como yo, y que su planta sea similar. A pesar de que anda en pleno desarrollo, es fuerte y mide 1,85. Veremos si llega a profesional. Estoy orgulloso de lo que hace y de que sea un chaval responsable”. De momento, compagina el ciclismo con la licenciatura en ADE y Derecho en Pamplona.