Tony Martin, un héroe sin beso

VUELTA A ESPAÑA 2013

Tony Martin, un héroe sin beso

Tony Martin, un héroe sin beso

Dani Sánchez

El alemán se escapó con la bajada de bandera y sólo fue rebasado a 25 metros de la meta de Cáceres tras 175 kilómetros en solitario. El Saxo logró su segunda victoria.

En los 175 kilómetros de la etapa de ayer, camino de Cáceres, cabían tres cronos como la que se disputará el 25 de septiembre en el Mundial de Florencia (58 km). Tony Martin, doble campeón mundial contra el reloj (2011 y 2012), decidió disputarlas una tras otra. Para ello se fugó en el momento del banderazo, aunque sobre este punto hay dudas. Hay quien asegura que arrancó antes incluso de que Javier Guillén bajara la bandera roja. El grado de inclinación de la axila del director solamente es relevante para medir la determinación de las mentes germánicas.

El pelotón pasó del asombro inicial al mosqueo posterior. A los 26 kilómetros de escapada, Martin, ganador de once cronos esta temporada, ya acumulaba una ventaja de 7:24. A partir de ese momento, con 149 kilómetros por delante, su diferencia siempre fue en descenso. Pese a todo, en la primera hora, el campeón alemán había recorrido 46 kilómetros (hay vespinos mucho más perezosas).

Otro elemento de discusión es el nivel de improvisación del arrebato de Martin. Volvamos en este asunto a su origen teutón para afirmar que no existió en absoluto. Un coche del Omega fue visto poco después de reconocer el trazado. Y por si no les convence el dato, apuntaremos que la media hora que lleva perdida se concentró en las dos etapas anteriores a la de ayer, Finisterre (28:17) y Lago de Sanabria (3:04).­ Sin duda, guardaba fuerzas para su triple salto mortal.

En vilo. Nada de lo expresado resta méritos a la (casi) proeza de Tony Martin. Aunque no ganó, mantuvo en vilo al pelotón hasta la pegatina de Cofidis que anuncia la meta, apenas a diez metros de la pancarta. También sobre esto hay discrepancias: según algunos faltaban 20 metros y para otros el canto de un duro. En ese punto se resolvió una intriga apasionante: 4:20 de ventaja a 75 de la llegada. Sólo un minuto a 20 km de Cáceres. Quince segundos de diferencia en la pancarta (AS) de ocho para meta. Seis segundos en el kilómetro final.

La última duda es si le faltaron dos segundos o le sobró Cancellara. El suizo, al que Tony Martin ha sucedido como dominador en los Mundiales contra el crono, pegó al acelerón que mató la esperanza de su rival. Nadie, excepto él, hubiera podido hacerlo. Probablemente nadie como él para valorar la hazaña que estaba frustrando.

Como hay justicia (aunque escasa), Cancellara tampoco ganó la etapa, sino que lo hizo el campeón de Dinamarca, Morkov, un tipo entrañable y alopécico (calvos, 2; peludos, 4), segundo triunfo para el Saxo en lo que va de carrera.

Dado que la venganza es plato que se sirve frío, Tony Martin tendrá oportunidad de ajustar cuentas con Cancellara el miércoles en Tarazona (39 km) y el 25 de septiembre en Florencia. En esas citas, el alemán no dejará la mente en blanco, pendiente sólo de su cadencia y sus pulsaciones. Por una vez, también visualizará el mentón arrogante de Cancellara, sus patas de recebo y ese arreón final que le quitó la gloria tal día como ayer.

Por cierto, Tony Martin fue declarado el corredor más combativo de la etapa (decisión unánime) y al cierre de esta edición se estudiaba concederle el galardón de modo vitalicio o nombrarle hijo predilecto de Cáceres. Qué menos.

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