¿Cómo se presenta en esta edición de la Vuelta?

Creo que llego bien. El Tour fue muy duro, porque permanecí atento todos los días y no tuve ni un descuido, y eso te desgasta mentalmente aparte de las piernas. Me noto fresco, descansé y llevo un par de semanas de entrenamientos fuertes. Me siento como quería, en la primera semana ya hay unas cuantas etapas con trampa, como la contrarreloj por equipos o la subida de la segunda jornada, y espero andar ahí arriba.

Con doce finales en alto, ¿se trata de una carrera ideal para aspirar al triunfo?

Es la idea. Ojalá mantenga la concentración del Tour para seguir atento a cualquier movimiento importante. Buscaré la victoria en la general, aunque me mediré con gente de mucha calidad. Nibali, Purito, Urán y Henao serán los rivales más peligrosos.

¿Le duele aún haber perdido la posibilidad del podio en el Tour por una avería?

Fastidiar está claro que te fastidia, pero no se puede hacer nada contra la mala suerte y no soy de darle muchas vueltas a la cabeza. Sin ese percance, habría acabado en el cajón de París. Me quedo con lo bueno, con esa madurez que demostré de ir siempre bien colocado en la parte delantera del pelotón.

¿Le ha costado mucho alcanzar ese punto de tranquilidad y experiencia?

Se coge a medida que pasan las temporadas. El equipo me lo repetía mucho y, quizá debido a la inmadurez o a que me costaba trabajo ir delante, no me salían las cosas como planeaba. Ahora he cambiado de mentalidad, sé que mi sitio se encuentra con los primeros del pelotón y no en la parte trasera del grupo.

¿Le ayuda la estabilidad de la familia?

Muchísimo. A mi mujer debo ponerle un monumento por la paciencia que tiene con tanto viaje y tanta historia. Le agradezco que se acerque con los críos a las carreras. Se hace duro dejar tu casa, cada año más. Mis hijos me dan alegrías tremendas y me encanta pasar el rato con ellos. No obstante, estoy centrado en mi trabajo y disfruto muchísimo con lo que hago.

Sin embargo, las desgracias, voluntarias o involuntarias, le han privado de más éxitos en su carrera

Sí. Otras veces sí que lo que sucedía era más culpa mía, pero en esta ocasión no pude hacer nada. Me rompieron la rueda y me paré a sustituirla. Se ha hablado mucho sobre si era mejor que cambiara de bicicleta. Los dos compañeros que iban conmigo en ese momento, Plaza y Castroviejo, no tienen la bici de mi talla. Quizá hubiera perdido más tiempo así. Estaba a mil revoluciones y pensé que era la decisión correcta.

La irrupción de Nairo Quintana, ¿le perjudica en sus intereses particulares?

Ya veremos cómo planificamos la próxima campaña y qué calendario elegimos. A Nairo no le voy a descubrir ahora. En su primer Tour ha terminado segundo y merece libertad y la consideración de jefe de filas. No quiero frenar su progresión, me hago mayor y Eusebio Unzué dirá cuál es el sitio de cada uno.

Con 33 años, ¿cree todavía que se le presentarán más oportunidades en Francia?

Sí, confío en alcanzar el podio del Tour en las temporadas que me resten como profesional.

¿Y cuánta correa queda?

Creo que al menos me quedan tres años buenos más.

¿No le interesa el Giro?

Es una ronda que me encanta, aunque no se han dado las circunstancias para disputarla. Igual más adelante.

¿Y carreras clásicas como San Remo o Lombardía?

También, pero es muy difícil correr todo lo que te gustaría y ganar, ni te cuento. Depende de los objetivos que te marques.

¿Qué triunfos echa en falta en su palmarés profesional?

Estoy francamente satisfecho con todo lo que he logrado hasta la fecha. Lo único que desearía es el podio en el Tour de Francia y proclamarme campeón del mundo. En el Mundial he sido segundo y tercero, y puedo aspirar al arcoíris.

¿Puede llegar ese título en el Mundial de Florencia?

Eso estaría muy bien. El recorrido se adapta de maravilla a mis características y habrá que comprobar cómo se desarrolla la táctica de la Selección y la competición en sí. El Mundial siempre es una prueba que resulta complicada de prever y de controlar.

¿Y alguna Vuelta más no debería tener?

Como ya he comentado, vencer en una carrera de tres semanas es muy difícil. Gané en 2009 y pude haberme apuntado la de 2006: esa de Vinokourov es la que más cerca tuve. A pesar de que sólo cuento con una Vuelta, me lo he pasado muy bien, con lo bueno y lo malo, forma parte de la profesión.

¿Cómo le afectó dentro y fuera de la carretera su sanción?

Fue una época mala para mí, ya que no podía competir. No obstante, disfrutaba con la bici cuando salía a entrenarme y me hizo más duro ante determinadas situaciones. También cambias la perspectiva en algunos temas. A muchas cosas a las que daba importancia se la quité, y a otras les doy más desde entonces.

¿Sigue sin querer hablar sobre su caso?

Sí, no me gusta. Yo cumplí el castigo y por fortuna vuelvo a divertirme y a divertir a los aficionados.

¿Considera que se valora poco al ciclismo en relación con otros deportes?

El ciclismo es el deporte más esforzado y el que más sacrificios requiere, sin duda. Sin embargo, al final depende de lo que vendan los medios de comunicación. Si al público le dan más fútbol, compran fútbol. Por ejemplo, estoy totalmente de acuerdo con las palabras de Mireia Belmonte después de sus récords del mundo. No puede ser que se le otorgue más importancia a cómo lleva el pelo Sergio Ramos y que se le dediquen portadas en vez de a una marca mundial que consigue una nadadora española de su categoría.

Pero el ciclismo ha tenido muchos problemas que le han restado credibilidad.

Sí, y hemos pagado. En todos los sitios se producen líos.

¿Está contento por cómo le trata la Prensa y la afición?

Sí, me siento bien valorado. No quiero ser más famoso ni pienso que se me haya hecho de menos. Como es lógico, habrá gente que apoye más a unos u a otros. Contador ha conquistado el Tour y dispone de un gran apoyo popular, como es lógico. He integrado una de las mejores etapas del ciclismo en nuestro país, con corredores de la talla de Freire, Purito, Samuel...

¿Y cómo desea que se le recuerde cuando se retire del ciclismo?

Cada uno que lo haga como mejor le parezca. Como un corredor de grandes lo demostré con mi primer, segundo, tercer, cuarto y quinto puestos en la Vuelta. Como clasicómano gané la Flecha o la Lieja. Me gustaría que pensaran que fui un buen ciclista.