El belga Tom Boonen no pudo reeditar la victoria que logró el año pasado en el Tour de Flandes, tras verse obligado a abandonar al sufrir una caída en el kilómetro 19, y tampoco podrá hacerlo el próximo domingo en la París-Roubaix. "Es duro renunciar a una carrera así, pero no puedo montar en bicicleta. Tengo mucho dolor y en los próximos días no voy a mejorar demasiado. Por desgracia, 2013 no es mi año", se lamenta el belga en un comunicado del equipo Omega Pharma-Quick Step.

Boonen fue trasladado en ambulancia al hospital de Roeselare, donde un estudio radiológico descartó la presencia de fracturas, según el parte emitido por el equipo. Sí sufre una  contusión y una herida en la rodilla derecha, que ha necesitado de puntos de sutura. También tiene un fuerte golpe en la parte izquierda del pecho y una herida en el codo del mismo lado.

"No podía respirar al principio. Comprendí muy pronto que algo iba mal en la parte izquierda de mi cuerpo, que la carrera había terminado para mí", explicó Boonen, que se fue al suelo tras colisionar con un objeto de plástico que había en la calzada. Patrick Lefevere, mánager del Omega, se precipitó a decir: "Su primavera ha terminado". Y no se ha equivocado.

Boonen afrontaba en Flandes el desafío de lograr su cuarta victoria, con lo que se hubiera convertido en el más laureado de la clásica en solitario. Ahora está empatado a tres triunfos (2005, 06, 12) con sus compatriotas Achiel Buysse (1940, 41 43), Eric Leman (1970, 72, 73) y Johan Museeuw (1993, 95, 98), y con el italiano Fiorenzo Magni (1949, 50, 51). Para Tommeke era muy especial vencer en esta edición, porque la carrera cumplía cien años.