Lance Armstrong compareció por fin públicamente en la gala del quince aniversario de la Fundación Livestrong, institución contra el cáncer que él mismo erigió. En Austin (Texas) y ante 1.500 personas, el heptacampeón del Tour ni trató de defenderse ni reconoció nada sobre la acusación de la gran trama de dopaje que pesa sobre él. Simplemente no habló sobre el asunto.
La única preocupación de Armstrong fue tratar de sacar a Livestrong del desprestigio al que se ve sometido personalmente y defender su continuidad: "Esta misión es más grande que yo, más grande que cualquier persona y vamos a seguir adelante. Hay 28 millones de personas en el mundo que viven con esta enfermedad", dijo el texano, quien reconoció que había vivido "un par de semanas difíciles, para mí, mi familia, mis amigos y esta fundación. He vivido momentos mejores, pero también peores".
Ovacionado. Armstrong recibió una gran ovación de los 1.500 asistentes, puestos de pie, entre los que se hallaban la cantante Norah Jones y los actores Robin Williams y Sean Penn. "Me siento verdaderamente conmovido".
Las firmas Nike, Treak y Anheuser-Busch también estuvieron presentes en el acto y seguirán subvencionando el proyecto de Livestrong, pero han retirado su patrocinio a Armstrong tras conocer sus implicaciones con el dopaje y, en el caso de Nike, forzó a que dimitiera como presidente de la fundación.
Mañana la UCI anuncia si retira a Armstrong sus siete Tour y le reclama los doce millones de euros que ganó en premios.
