El Mirador de Ézaro, catalogado como puerto de tercera categoría, tiene dos kilómetros de largo al 13,1% de desnivel medio, con una zona que alcanza un pico máximo del 29% en los primeros 500 metros. "Una barbaridad, aunque habrá que estar ahí en la pelea", opina Alejandro Valverde, uno de los hombres llamados a mover la carrera en estas pendientes.

Las cuestas del Fuerte Rapitán, en Jaca, y esta de Ézaro son las novedades que la organización ha introducido en esta edición, tras el éxito de las experiencias en Valdepeñas de Jaén y en San Lorenzo de El Escorial. "Nos gustan las rampas, la preferimos a un sprint", reconoce Javier Guillén, director de la carrera.

Purito Rodríguez, que ayer conservó el maillot rojo con un segundo de ventaja sobre Alberto Contador, se muestra encantado por el hecho de intentar ampliar diferencias en un final que se adapta perfectamente a sus características, "corto y explosivo": "Puse una cruz en esta etapa desde que supe cómo era. Me viene perfecta y me haría muchísima ilusión vencer aquí, como en Valdepeñas, El Escorial o Jaca".

Bonificaciones.

Hasta la fecha, las bonificaciones de doce, ocho y cuatro segundos que se otorgan en línea de meta han resultado claves en la configuración de la clasificación general. Sin ellas, Contador ocuparía el primer puesto, con Froome a 21 segundos, Purito a 29 y Valverde a 1:50.El catalán optará de nuevo esta tarde a ampliar su preciado botín. Y la cuesta del 29% puede dejar clavado a más de un corredor.