Fue como volver a la edad de oro del ciclismo español. El Distrito C de Telefónica en Las Tablas (Madrid) ocupa un espacio de algo más de diez campos de fútbol, 14 edificios, jardines, una laguna artificial. El Auditorio donde se realizó la presentación del nuevo equipo Movistar no tiene nada que envidiar al de la Vuelta, o al del Tour.
Gran patrocinador, ambicioso proyecto. De momento, por tres años. "Vamos a hacer historia. Somos la primera empresa global que va a patrocinar a un equipo global", aseguró Luis Abril (secretario general técnico de Presidencia de Telefónica), el mismo hombre que ya fue el directivo del Banesto que sirvió de enlace con el equipo ciclista en tiempos de Indurain (otro guiño al pasado glorioso). Proyecto global porque, aparte de los 25 ciclistas (18 españoles, 8 extranjeros, ya no hay franceses) que forman el equipo ProTour, Movistar ha creado otro de segunda categoría en Sudamérica, con sede en Colombia y 15 ciclistas americanos (desde México a Uruguay).
"Tenemos 300 millones de clientes en 23 países. Estoy seguro de que va a ser una operación estupenda y la vamos a aprovechar", dijo Abril.
Tras la sanción a Valverde, el Movistar nace sin un líder definido para las grandes vueltas. Van a tener que reciclarse de un equipo controlador a guerrillero. Ya han ganado dos etapas en Argentina (Tondo) y Australia (Ventoso), pero el papel no será fácil. "No os vamos a exigir resultados. Sólo que deis todo lo que tenéis y que honréis la marca".
"El mensaje ha quedado muy claro", dijo después del acto Eusebio Unzué. "Ya hemos visto a dónde han conducido los errores al ciclismo. No hay otro camino que hacer las cosas honestamente y confiar en la honradez de los ciclistas".
Imagen perfecta.
Desde que desaparecieron Banesto y la ONCE, hace siete años, el ciclismo español ha sobrevivido con dinero público de las Comunidades Autónomas (Euskaltel, Galicia, Andalucía, Murcia). "Lo mejor de todo es que la llegada de esta firma puede servir de reclamo para el desembarco de otros grandes patrocinadores", se ilusionaba José Luis Laguía, la primera figura de una estructura que nació en 1980 con el nombre de Reynolds. "Técnicos y corredores tienen una gran responsabilidad. Deben dar una imagen perfecta". Es como una segunda oportunidad. No puede haber más errores.
