La cara de Igor Antón al cruzar victorioso la línea de meta de Valdepeñas de Jaén, a pesar del tremendo esfuerzo, irradiaba felicidad: "Se lo dedico a mi madre, a Igor (González de Galdeano, el mánager del Euskaltel) y a Miguel (Madariaga, patrón del equipo). Los dos están luchando a brazo partido para que las instituciones nos sigan apoyando y saquemos adelante nuestro proyecto temporada tras temporada".

Antón (3 de marzo de 1983, natural de Galdakao, aunque de padres riojanos) cuenta ya en este 2010 con tres victorias de quilates. En la Vuelta a Castilla y León le dio un revolcón a Contador en la subida a El Morredero; en el Tour de Romandía heredó la quinta etapa tras la descalificación por sanción de Valverde; y ayer conquistó su segundo triunfo en la Vuelta, tras el de Calar Alto en 2006: "Pasé una mala racha a nivel personal (su madre padeció cáncer y se restableció de la enfermedad), pero he vuelto a recuperar mi mejor nivel".

Fuji, como le apodan por el nombre de su primera bicicleta, fue 15º en la ronda española en ese 2006 y 8º en 2007, después de protagonizar un destacado papel para que Samuel alcanzara el tercer puesto del podio en Madrid. Ahora, él es el jefe: "Espero continuar con este golpe de pedal y sacar ventaja al resto de corredores que han venido a luchar por la general, ya que todavía queda una crono larga por disputarse. Me siento fuerte y aún queda mucha carrera, así que debo seguir centrado. Ojalá pueda aspirar a todo lo que se me ponga por delante".