Genoveva de Brabante emocionaba a España

Hoy atravesaremos el Brabante. La primera vez que oí esta palabra fue a principios de los cincuenta. Volvía del cole y me encontraba a mi madre escuchando un serial radiofónico. Se emocionaba, incluso se le humedecían los ojos. Debía ser una historia romántica de una tal Genoveva de Brabante. No existía la televisión y las radio-novelas y los discos dedicados eran muy populares.

Años después tuve una amiga belga y me contó algunos detalles de aquella historia, pero se me han olvidado. Esta amiga me dijo que su himno nacional se llama La Brabançonne. Una canción compuesta en 1830 cuando los belgas lucharon por su independencia frente a Holanda. La letra original era en francés y escrita por un actor conocido, Cannevall. Se tradujo al alemán y al neerlandés para que la pudiesen cantar juntos. François Van Campenhout le puso música. En español dice algo así como: "¡Oh Bélgica, madre querida! Son para ti nuestros corazones, brazos y sangre, ¡Patria sagrada! Todos juramos que vivirás siempre grande y hermosa, en unidad invencible, teniendo por inmortal divisa: el Rey, la Ley y la Libertad".