Descríbanos sus impresiones como maglia rosa del Giro de Italia.

Me invade la alegría y una sensación extraña. Nunca había llevado el maillot de líder en una gran vuelta, por lo que me resulta increíble. Todo lo que se mueve alrededor impresiona. Esto lo había vivido en un segundo plano y ahora, de manera directa, te deja un poco descolocado.

Usted ha trabajado para muchos líderes, ¿cómo se siente ahora siendo el jefe?

La palabra jefe no me gusta, mejor peón aventajado (risas). Me veo raro, estoy acostumbrado a currar hasta la selección de carrera y, de repente, mi labor empieza justo donde hace poco acababa. Valoro mucho el esfuerzo de mis compañeros, siempre he estado en su lugar y sé lo que se sufre al darlo todo por un líder.

¿Se había imaginado alguna vez de rosa?

Lo había soñado, pero imaginármelo despierto, no. Al final, de manera consciente, siempre analizas los corredores que tienes a tu alrededor y lo ves como una utopía. Esto es una prueba de que los límites los pone nuestra mente, porque la realidad es que lidero el Giro.

¿Y puede conquistar esta carrera?

Eso son palabras mayores. No me obsesiona el resultado final. Estoy disfrutando muchísimo con la maglia y no quiero plantearme perderla. Es mucho mejor alegrarse por lo que tienes que sufrir por si lo pierdes. Esa es mi filosofía.

¿Acabará en el podio?

Como he dicho antes, voy día a día y prefiero no presionarme ni crearme expectativas. Si en Verona termino en el podio sería maravilloso para mí. Si no, habré dado un gran paso en mi carrera deportiva. De una u otra forma saldré muy reforzado de este Giro.

Cuando ve tan cerca la gloria, ¿supondría un fiasco no finalizar entre los tres primeros de la general?

Ni me lo he planteado. Ayer descansé y atendí a los medios. Hoy toca Plan de Corones. Dentro de seis días ya veremos. Además, nunca me puedo decepcionar a mí mismo porque siempre doy el 100%.

¿Quién es su peor rival?

Basso anda pletórico, pero continuamente está haciendo esfuerzos extraordinarios para recortar diferencias y eso puede que lo pague como ha ocurrido con Nibali. Cadel Evans es muy regular y Sastre ya va a más en carrera.

¿Qué etapas le imponen más respeto de las que quedan?

Las dos de alta montaña. La del final en Tonale es muy dura, pero en la anterior hay que subir el mítico Mortirolo con meta en Aprica. Serán decisivas, aunque para eso todavía queda...

¿De qué se acuerda en estos momentos de felicidad?

Del sacrificio y sufrimiento, tanto personal como familiar, y del apoyo de todos mis amigos y del pueblo de Talavera de la Reina. Ojalá estén disfrutando con el Giro.