Un escalador al que le va Italia como un guante
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David Arroyo, nacido en Talavera de la Reina hace 30 años, mantiene una buena relación con el Giro. En 2007 terminó 10º y en 2009, 11º. En 2008 se rompió el codo preparando la crono inaugural, pero su cambio de planes le llevó a la Vuelta, donde logró su triunfo más importante como profesional. En Segovia se aprovechó del trabajo de Kiryienka para ganar la etapa. El bielorruso era su compañero de fuga entonces, y lo es de equipo ahora: ayer se desfondó de nuevo para él, un gran escalador que tiene a tiro la Corsa Rosa.