El italiano Stefano Garzelli (Acqua e Sapone) se ha proclamado vencedor final de la 45 edición de la Tirreno-Adriático, cuya séptima y última etapa se ha disputado entre Civitanova Marche y San Benedetto del Tronto, 164 kilómetros y con triunfo al esprint del noruego Edvald Boasson Hagen, del Sky.

La victoria de Garzelli, veterano corredor varesino de 36 años que ganó el Giro de Italia en 2000, fue muy ajustada, ya que al final se impuso con el mismo tiempo que el anterior ganador, el italiano Michele Scarponi, merced a los mejores puestos alcanzados a lo largo de toda la carrera y a 2 segundos de bonificación que logró en un esprint intermedio a 20 kilómetros de meta.

La tercera plaza en el podio correspondió al campeón mundial, el australiano Cadel Evans.

En la etapa que cerraba la "carrera de los dos mares", el triunfo se lo llevó en la recta de meta el noruego Edvald Boasson Hagen, por delante de los italianos Alessandro Petacchi (Lampre) y Sacha Modolo (Colnago), dando tiempo al pelotón con un tiempo de 3h.52.36.

El susto de la etapa lo protagonizó el esprinter británico Mark Cavendish, con una caída a 7 kilómetros de meta que no tuvo consecuencias, por lo que pudo terminar la carrera.