Aunque ya se ha disputado incluso una carrera ProTour (el Tour Down Under australiano), el domingo comienza la temporada en España con la Challenge de Mallorca. Una campaña en la que todos los focos apuntan hacia el Tour, donde se dilucidará el segundo asalto entre Alberto Contador y Lance Armstrong.
No habrá hasta entonces ni un aperitivo de este duelo. En principio ambos iban a coincidir, al menos, en la Vuelta al Algarve (Portugal) y en la de Cataluña. Pero Armstrong ha cambiado su calendario e incluso parece probable que va a permutar el Dauphiné Liberé por la Vuelta a Suiza.
No quiere comparaciones antes del Tour, pero hace tiempo que el texano empezó la pelea. Tres días antes de que terminara el Tour, Bruyneel y Armstrong anunciaron la creación del equipo RadioShack en el que dejaron fuera a Contador. Y en este invierno han lanzado declaraciones a modo de salvas de una guerra sicológica. "Nosotros tenemos la experiencia, Alberto tiene mucho que aprender", dijo Bruyneel, quien poco después explicó: "Armstrong está más enjuto que el año pasado. Su musculatura era entonces exagerada, no la de un ciclista". Lance, por su parte, intenta pasarle la presión al español. "Contador es el favorito para ganar el Tour. Algunos dicen que es imposible ganarle. Vamos a ver. El Tour no sólo tiene etapas de montaña".
Contador no ha entrado al trapo. Con la tremenda repercusión mediática que tiene todo lo que diga Armstrong, sabe que en una batalla de manifestaciones no tiene nada que ganar. El Pistolero de Pinto esperará a los Alpes para contestar. Pero, eso sí, se quita presión: "No soy yo necesariamente el hombre a batir".
La creación del RadioShack es la gran novedad de un año en el que no ha habido muchos fichajes. El de Evans por el nuevo BMC, el de Petacchi por el Lampre y el de Pereiro por Astaná, son los principales.
