Para empezar, la pregunta que se hacen todos: ¿puede ganar Armstrong el Tour?

¿Por qué no? Cosas más raras se han visto. Ha estado tres años sin correr, tuvo una lesión al volver, pero al final del Giro de Italia cogió el ritmo de carrera. Vamos a ver qué pasa en el Tour.

¿Se tendrá que dividir el equipo Astaná para apoyar unos a Armstrong y otros a usted?

El objetivo es común y el equipo ayudará al que más posibilidades tenga.

Usted comentó que en el Tour se iba a sentir bien arropado por Paulinho y Noval, pero éste finalmente no va.

Sí, me he llevado una decepción. Noval era un gran apoyo para las etapas de montaña.

Mal empezamos.

Sólo pueden ir nueve en el equipo.

¿Para ganar el Tour tendrá que ganar primero a Armstrong?

Armstrong es compañero y no somos los únicos que tenemos posibilidades en el Tour. Leipheimer y Klöden han subido al podio de esta carrera. Zubeldia ha hecho un par de veces entre los cinco primeros.

¿Muchos caciques y pocos indios?

La carrera siempre pone a cada uno en su sitio. Hay que ver cómo evoluciona todo para saber quién tiene más opciones de ganar.

Lo que parece claro es que el Astaná tiene el mejor equipo en el pelotón del Tour y es probable que los demás le dejen el peso de la carrera.

Sí, es bastante probable. Estamos preparados, pero actuaremos siempre de acorde a nuestros intereses. También hay otros equipos muy potentes, como el Saxo Bank o el Rabobank.

¿Qué le parece el trazado del Tour?

Es el que hay. Me tiene que gustar. Pienso que va a ser una carrera interesante y muy movida, aunque habría preferido que hubiera llegadas en alto más selectivas, como el Aubisque o Plateau de Beille cuando gané en 2007. La del Mont Ventoux sí es selectiva, pero llega al final del Tour.

¿Y?

Puede que por entonces todavía queden cosas por decidir, incluso el vencedor final, pero al ser la penúltima etapa habrá mucha vigilancia. Es además el último esfuerzo para todos, luego sólo queda el paseo hasta París. Por otro lado, en el Ventoux sopla mucho el viento en los últimos kilómetros y casi siempre es en contra. A un corredor que quiera distanciarse en solitario le será muy difícil abrir hueco si varios se organizan atrás.

¿Cuál es la etapa que más le gusta?

La de Le Grand Bornand, en los Alpes. En 169 kilómetros junta cinco puertos, cuatro de primera. La Colombiere queda a quince de meta, pero todo dependerá del ritmo con que se dispute. Si la batalla comienza de inicio la etapa puede hacer estragos. En principio es el día más propicio para un escalador.

¿Las contrarrelojs?

Creo que van a ser bastante decisivas en este Tour. Por eso he dedicado mucho tiempo a prepararlas este año, con series y entrenamientos tras moto. También he trabajado mucho la aerodinámica, para conseguir la mejor postura sobre la bicicleta.

Con buenos resultados, ¿no?

Parece que sí. El triunfo en el Campeonato de España contrarreloj me ha animado mucho, pero en el Tour estarán los mejores especialistas. Me gusta la crono inicial, por la distancia (15,5 km) y porque tiene un recorrido, con un repecho y varias curvas, en el que me puedo defender mejor ante los especialistas. Será importante también la crono por equipos y por eso la hemos preparado (los nueve ciclistas del Astaná estuvieron entrenando ayer en Montpellier). La última crono tampoco me disgusta, porque este año no es tan larga. Son 40 kilómetros y llega justo después de tres etapas por los Alpes que marcarán mucho. A esas alturas lo que más contará serán las reservas físicas, las fuerzas con que llegues a ese momento.

Dicen que cuando se prepara mucho las cronos pierdes en montaña y viceversa.

Yo espero que no. Creo haber mejorado mucho en contrarreloj gracias a un intenso trabajo y siento que en montaña estoy igual o mejor que hace dos años, pues he logrado mantener durante más tiempo el máximo esfuerzo. Ahora soy un corredor más sólido y con más experiencia.

Entonces, ¿se ve con más posibilidades?

Pues no. Yo creo que esta vez me va a resultar más complejo ganar el Tour. Especialmente porque ya no cuento con el factor sorpresa a favor como en 2007. Incluso para mí fue un tanto inesperado, porque en principio salí con el objetivo de luchar por el maillot blanco de mejor joven. Este año, por contra, estaré muy vigilado. Pero tengo mis opciones, voy muy motivado tras haberme perdido el Tour del año anterior y creo que llego en una buena condición física tras haber hecho una preparación específica y sin contratiempos.

Este año el trazado es diferente. ¿Le ha obligado a cambiar la preparación?

Matices. Había que llegar bien porque la primera crono es importante, pero sin pasarse porque lo más duro está en la última semana. Pero sí que es un Tour diferente a otros años. Quizás puede haber sorpresas por no acertar en la preparación.

¿Rivales?

Los que todos barajan. Carlos Sastre, Cadel Evans, Denis Menchov, los hermanos Schleck Armstrong y Leipheimer no son rivales, pero también tienen opciones. Y, como siempre, saldrá algún joven que terminará por despuntar: Kreuziger, Gesink, Nibali Yo soy uno más entre todos ellos.