Una victoria en el Tour sabe mejor si atacas en las primeras rampas de Alpe d'Huez, a 13 kilómetros de la meta, después de haber subido el Galibier y la Croix de Fer, y conquistas la etapa reina en los Alpes y el maillot amarillo, con 2:15 minutos sobre tus rivales. Esa gesta la protagonizó Carlos Sastre en 2008 para coronarse vencedor en París con 33 años.
Antes de esa 17ª etapa, Sastre ocupaba la cuarta plaza a 49 segundos del líder: su compañero Frank Schleck. El abulense de Leganés no sólo atacó en las rampas iniciales para sacar la mayor ventaja posible, sino porque se olía que, si esperaba más, tanto Frank como su hermano Andy podían tenerle preparada alguna jugarreta. De hecho, Andy estuvo incitando durante la subida a los rivales para cazar al español. Sastre se situó líder con 1:24 sobre Schleck, quien luego se hundió en la crono del penúltimo día, con lo que demostró que la verdadera baza del CSC siempre fue Sastre.
Su coronación en los Campos Elíseos, con 58 segundos sobre Cadel Evans y 1:13 sobre Bernhard Kohl (posterior positivo), supuso la tercera victoria consecutiva española en el Tour, tras las de Óscar Pereiro (2006) y Alberto Contador (2007). Pero también la guinda a una edición muy española
Más premios.
El cántabro Óscar Freire se enfundó el maillot verde de la regularidad por primera vez para nuestro país (también ganó en Digne les Bains). La etapa inicial y el primer maillot amarillo habían sido para Alejandro Valverde, número uno del ProTour y ganador de la Lieja, aunque sólo acabó noveno tras sufrir una crisis de 5:52 minutos en Hautacam. Y Samuel Sánchez, que quedó segundo en Alpe d?Huez, finalizó séptimo.
La Montaña la ganó Bernhard Kohl, pero su posible descalificación hará recaer el maillot de lunares sobre las espaldas de Sastre, que recuperará este trono eminentemente español 34 años después de la victoria de Domingo Perurena. Aunque lunar, lo que se dice lunar, fueron los positivos de Moisés Dueñas y Manuel Beltrán, además del abandono del Saunier Duval por un escándalo de dopaje.
Carretera masc. Sánchez se coronó en Pekín
"Esta medalla transciende más allá del ciclismo". La frase es de Samuel Sánchez, ovetense de 30 años, que ganó el primer oro de la delegación española en Pekín, en el día inaugural de la competición olímpica, al imponerse en la prueba de fondo en carretera. El asturiano partía como el 'patito feo' del equipo de ruta, que lideraban Valverde y Freire, junto a Contador y Sastre, pero terminó siendo el más fuerte y el más listo. Samu se aprovechó del marcaje al que se sometieron Valverde y Bettini, los dos grandes favoritos al oro, para colarse en el corte que se jugó las medallas en un sprint en subida en la Muralla China. Sánchez se clasificó luego sexto en la contrarreloj, en la que Alberto Contador acabó cuarto.
Pista masculina. Llaneras, el mejor olímpico
A los 39 años y tras 17 temporadas como profesional, Joan Llaneras puso el cierre a su carrera con un oro (en puntuación) y una plata (en la americana, junto a Toni Tauler) en Pekín. Esas dos medallas, unidas a su oro en Sydney 2000 y su plata en Atenas 2004, le sitúan como el olímpico más laureado de la historia de España.
Pista femenina. Las lágrimas de Leire Olaberria
Sus lagrimones sobre el podio será una de las imágenes más recordadas de Pekín. La ex atleta guipuzcoana de 31 años se colgó el bronce en puntuación, una medalla inesperada por la delegación española, pero no sorprendente, porque Leire Olaberria venía de ser cuarta en los Mundiales de Manchester de ese mismo año.
