La Vuelta es un trío

Ciclismo | Vuelta a España 2008

La Vuelta es un trío

La Vuelta es un trío

En la salida de Granada se reúnen los últimos campeones del Giro y del Tour, Alberto Contador y Carlos Sastre, además del ganador en Lieja y San Sebastián, Alejandro Valverde. Una participación estelar para una Vuelta espléndida que tendrá de todo, incluido el Angliru.

La Vuelta es nuestra. Como lo son las fiestas del pueblo. Como los monumentos o los ríos. La Vuelta a España nos pertenece aunque galantemente permitimos que otros se repartan el accionariado y los dividendos. Intento decir que esta carrera que cumple 63 años nos muestra al mundo. Y nos compromete. Porque todos tenemos un abuelo que arrojó agua al paso de los ciclistas, una motoretta de diez kilos, un chapín de Cinzano o un conocido que se depila las piernas.

Por eso, del mismo modo que los italianos o los franceses disfrutan de su carrera con independencia de los resultados, y se exhiben, y almuerzan en las cunetas, y podan bicicletas sobre el campo, nosotros deberíamos, al menos, salir y saludar. Atender.

Me expondrán inconvenientes. Las dudas, primero. Ante ellas diré que el dopaje es un obstáculo que, como las montañas o los rayos, nos recuerda la cruda humanidad de este deporte. Los tramposos caen, esa es la esperanza.

Después me hablarán de las siestas, del rumor somnífero del helicóptero. Es tentador hasta que te involucras. Un día te pides Valverde y no duermes. O Sastre, o Contador.

Ellos deberían jugarse el triunfo. Son tres españoles que se reparten la tierra asfaltada: Tour, Giro y clásicas. Si falta Samuel Sánchez, campeón olímpico, es por un imperdonable error de marketing. La Vuelta no entraba en su calendario, dice la explicación oficial. El oro tampoco, digo yo.

Primer candidato.

El favorito es Contador porque prepara la Vuelta desde su victoria en el Giro. Es el mejor corredor del mundo, es completo, es un encanto. De ganar se convertirá en el quinto ciclista que conquista las tres grandes, tras Anquetil, Gimondi, Merckx e Hinault. Y la edad es tan fabulosa como la compañía: 25 primaveras.

Sastre es el gran rival. Actual ganador del Tour, resulta imposible medir el efecto psicológico de esa victoria. Habrá crecido, pero no sabemos cuánto; será mejor, pero no sabemos cómo. Librará una batalla generacional contra Contador: el veterano de 33 años frente al niño prodigio.

Valverde es imprevisible. Ha decidido dar un paso atrás, pero sus piernas son una república independiente. Noveno en el Tour, fue segundo en la Vuelta de 2006 y tercero en 2003, a los 23 años, cuando le imaginamos el nuevo Hinault.

Hay extranjeros de nivel, aunque corren para Contador: Klöden y Leipheimer. Tras ellos camina Cunego, que se está tomando demasiado tiempo para confirmar su Giro 2004.

También hay tapados. El holandés Robert Gesink es una joya de 1,90, un escalador furioso, un genio de 22 años. Igor Antón circula en una dimensión parecida, en el plano de las sorpresas, las escapadas y las proezas. Hay terreno y hay montañas: Pirineos, Angliru, Navacerrada...

Es un Tour al final del verano, un Giro en septiembre. Es la Vuelta y es nuestra. Y cuidado que engancha. En cuanto se quieran dar cuenta se estarán depilando las piernas.