El positivo de Riccó ha sido un mazazo aún más grande que el de Vinokourov el año pasado. Tiene sólo 24 años, y de la gente joven esperas que venga ya con otra mentalidad, sabiendo que es una estupidez jugársela porque tarde o temprano te cogen, y más como se está demostrando en el Tour. Me parece absurdo que Riccó, después de haber realizado un gran Giro, venga aquí a ganar una etapa y termine por tirar por la ventana lo que se presumía que iba a ser una formidable carrera. Y con él quizá arrastre al Saunier Duval, que después del palo que se llevó el año pasado con Iban Mayo ha sufrido otro golpe quién sabe si mortal. "El equipo no puede seguir por esta línea", dijo en la SER Roberto Iglesias, hijo de Félix, el gran promotor de este equipo.

Veo difícil en estos momentos que el Saunier Duval continúe en el pelotón. Y lo siento por gente como David de la Fuente, al que ayer vimos con lágrimas en los ojos. Tiene tres años más firmados con el equipo y de pronto su futuro se ve totalmente incierto. Pero sigo pensando que tarde o temprano esto se va a acabar. El Tour está totalmente decidido en terminar con el dopaje y en dos o tres años lo va a lograr. Estas noticias dañan su imagen y alejan a sus patrocinadores, pero los franceses van a por todas. Riccó tomaba una clase de EPO que hasta ahora no se detectaba, posiblemente la usó en el Giro, pero aquí le han pillado, porque los controles que hace la Agencia Francesa Antidopaje son más profundos. Tarde o temprano pillarán a todos los tramposos.