El día de Francia

Ciclismo | Tour de Francia. 3ª Etapa

El día de Francia

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Ganó Dumoulin y Feillu se puso líder. Hoy, contrarreloj en Cholet

El Tour es una concentración de vida, de tan alta densidad, que multiplica la probabilidad de hazañas y dramas, de llantos y risas. La emoción no depende del recorrido, como pensamos muchas veces. La intensidad se localiza en la intemperie, en lo ambulante, en la multitud. En la absoluta exposición al mundo, en definitiva. Ayer lo vimos claro. Cuando esperábamos una etapa más nos encontramos con una manifestación y una tormenta. Y esos espontáneos, de pancarta y goterón, lo condicionaron todo, el panorama, la suerte y el ganador.

Hasta los últimos 60 kilómetros, la historia transcurrió con anodina normalidad. Cuatro escapados sin otra misión que lucir piernas y variopintos patrocinadores, de la empresa de logística al grill mexicano, vive le tour, vive le burrito. Estaban condenados de inicio y eran víctimas desde el primer kilómetro, allí se fugaron.

Aunque alcanzaron los quince minutos de ventaja seguían atados al pelotón por un hilo transparente, como una ballena a un ballenero. De pronto, el cielo se ennegreció. Y sopló el viento del Atlántico Norte. En pleno revuelo de hojas, el coche rojo del director del Tour se vio atrapado en una concentración de trabajadores que cortaban la carretera. Trató de razonar con ellos y en un gesto de habilidad negociadora les prestó una cámara para que tuvieran su minuto de gloria y reivindicación. Protestó uno que parecía jefe y le secundó otro que se cubría con una gorra de puntos rojos, prueba de su habilidad como escalador.

Los escapados atravesaron ese embudo a duras penas, sin tiempo a recoger octavillas. No obstante, con la perspicacia de los fugitivos a la carrera, no tardaron en imaginar al pelotón tropezando contra los manifestantes. Y picaron espuelas. Llovió. Primero por goteo y después por aspersión. Y el pelotón se perdió en la confusión del diluvio, de las referencias y de los revolucionarios.

Mientras por delante los escapados se colaban por el túnel de su esperanza, por detrás reinaba el desconcierto. No hubo incidentes con la manifestación, pero aún no se habían reagrupado los equipos de los velocistas cuando Liquigas (gases licuados) provocó un abanico. Al poco, el grupo se sorprendió con un ruido de cristales rotos. Eran los huesos de Ángel Litu Gómez, rota la cadera, estampado contra una isleta mal señalizada. El resultado es que varios ciclistas se quedaron cortados, entre ellos Menchov y Riccó.

Orgullo. Pasamos de una película a ver tres. En cabeza se definían los papeles. El italiano Longo era, como indica su apellido, demasiado alto. Frischkorn, nacido en Charleston, parecía demasiado americano. De modo que quedaban dos franceses bajitos e incendiados de orgullo patrio. Feillu (Agritubel), a 18 segundos del líder, tenía asegurado el maillot amarillo. Dumoulin (Cofidis) necesitaba la etapa. Y atacó.

Lo que siguió se hizo eterno. Feillu respondió tarde, pero lo hizo rabioso, furioso, glorioso. Se puso primero y se quedó sin fuerzas. Dumoulin lo aprovechó y ganó la etapa. Después, con la resolución napoleónica de los hombres pequeños (1,59), se colgó del cuello de su prometida, Magelie Lavenu, jefa de prensa de su ex equipo, el AG2r, e hija del patrón para completar la telenovela. Feillu se vistió de amarillo; Menchov y Riccó cedieron 36 segundos en meta.

Ya en el podio, Hinault tuvo que sacudir a un manifestante que quiso interrumpir el homenaje al ganador. El tipo voló por el escenario. Hoy, en la crono de Cholet (29,5 km), se manifestarán otros: los favoritos.

Reacciones de los protagonistas

Menchov: "Queda toda la montaña"

"En el momento en que me quedé cortado estaba atrás en el pelotón. Vi perfectamente cómo se estaba partiendo el grupo. El viento afectó durante la etapa. No es bueno perder tiempo con los favoritos tan pronto, pero estos 38 segundos tampoco significan que haya dejado escapar las esperanzas que tengo puestas en este Tour de Francia. Queda todavía toda la montaña por delante".

Carlos Sastre: "Espero que no haya grandes diferencias entre los favoritos"

"No es imprescindible que Cancellara consiga para nosotros el maillot amarillo porque queda todavía casi todo el Tour por delante para el CSC. Yo sigo con las buenas sensaciones después de una etapa en la que se trataba de recuperar todas las fuerzas posibles y evitar caídas y pérdidas de tiempo. Es bueno que el ciclismo vuelva a estar de moda en España y más en un momento en que todo el mundo alucina con nuestros deportistas. Para prepararme la contrarreloj he seguido la misma rutina de siempre: entrenarme mucho en casa. Allí tengo una bici igual que con la que competiré en Cholet. Espero que las diferencias no sean muy grandes entre los favoritos. Prefiero que sean sólo 29 km y no 50, claro. Valverde es el ciclista del momento porque ha demostrado tener un punto de forma especial".

Cancellara: "Lucho contra el gafe del 13"

"Soy el campeón del mundo contrarreloj así que es obvio que tenga presión por ganar. Claro que espero ponerme líder pero para ello deberé hacer muy bien mi trabajo. Espero que no me pese correr con el gafe del número 13 en mi dorsal. Mucha gente me dice que podía haber intentado cambiarlo, pero seguro que no habrá problema en esta crono, porque el recorrido me va bien".