Willy Voet fue detenido tres días antes del inicio del Tour con un arsenal de productos dopantes. No fue casual. La Policía francesa venía siguiendo la pista de una venta ilegal en una farmacia de Veynes (Alpes franceses) y le estaban esperando. Aquello desencadenó unos hechos que a punto estuvieron de que la carrera fuera suspendida.

Interrogado, Voet terminó por inculpar al director deportivo y al médico del Festina, Bruno Roussel y el belga Eric Rijkaert. El Tour expulsaría al equipo Festina y sus corredores tuvieron que ir a Lille, donde fueron interrogados y detenidos. Los ciclistas eran los franceses Virenque, Moreau, Brochard, Rous y Hervé, los suizos Zülle, Dufaux y Meier y el australiano Stephens.

El pelotón del Tour organizó dos plantes. El primero (12ª etapa) no acabó de cuajar. En el segundo, la etapa (17ª) tuvo que ser anulada. Muchos ciclistas salieron sin dorsal y se retiraron en bloque los cuatro equipos españoles (ONCE, Banesto, Kelme y Vitalicio) y dos italianos (Saeco y Risi). "Le hemos metido un dedito por el culo al Tour", dijo Manolo Saiz, director de la ONCE. Esa misma noche (29 de julio) la Policía registró el hotel donde se hospedaba la ONCE, y detuvo a su médico Nicolás Terrados.