Llegaron los goles, para felicidad del Madrid en general y de Benítez en particular. Dos de ellos, además, de Bale, el primero nada más iniciarse el partido, el último a punto de cerrarse. Dos más de James, espléndidos en su ejecución personal, y el otro obra de Benzema cerrando una jugada colectiva primorosa. Goles todos de gran belleza en un partido cuyo tono recordó al Madrid del año pasado. La BBC ahí arriba, libertad para atacar, poca voluntad para retroceder. Lo único nuevo es que Bale no está en la banda, sino preferentemente por el centro, donde quiere, porque se siente más cerca del gol.

El Betis sufrió los primeros veinte minutos y luego recompuso el tipo, hasta equilibrar el partido. Pero el poderío de ataque del Madrid acabó por desmoronarle. Pero su partido sirvió para enaltecer a Keylor, que en una ocasión le quitó el balón de los pies a Rubén Castro en intervención dificilísima y en otra le paró un penalti a este mismo jugador. El Bernabéu aclamó a Keylor Navas, lo que pone más en entredicho la ‘Operación De Gea’. Ahora que el Manchester parece dispuesto a ceder, parece hacer menos falta que nunca ese refuerzo en la portería, en la que Keylor se ha agrandado este mes.

Mañana, antes de medianoche, habrá de resolverse esto. Mientras, lo que cuenta es que llegaron los goles, aunque en el reparto se ha quedado fuera Cristiano, que está unas veces sin tino y otras sin suerte. Ayer incluso llegó menos al remate de lo que suele, pero aún así tuvo alguna ocasión que se le escapó por poco. Raro arranque de Liga este, en el que ni Messi ni Cristiano han marcado todavía. Pero el Barça ha ganado sus dos partidos (ayer mereció más y sin embargo tuvo un tremendo susto al final) y el Madrid ha encontrado por fin sus goles. Y los árbitros empiezan a liarse. Nos esperan emociones.