La segunda etapa del Dauphiné entre Saint-Chamond y Arlanc (171 km) cumplió con el guión esperado, pese al kazajo Lutsenko, y desembocó en un sprint, que se anotó Arnaud Démare (FDJeux). El francés, de 25 años, se impuso ante Kristoff y Bouhanni, su compatriota y encarnizado rival. Fue un triunfo sin contemplaciones, en una meta que picaba hacia arriba en la que Démare sacó varios metros a sus rivales. No hubo opción, pese a que Kristoff puso su tren del Katusha a funcionar. 

La fuga del día la formaron Romain Combaud (Delko), Nathan Brown (Cannondale), Koen Bowman (Lotto Jumbo), que llegaron a tener 3:35. Hasta ellos llegó el kazajo Alexey Lutsenko (Astana), que a falta de 31 kilómetros, en el primer paso por meta, se fue en solitario y planteó un desafío al pelotón aumentando incluso diferencias (de 40 segundos pasó a tener 58). Lutsenko se empeñó en romper el guión preestablecido de la etapa por los alrededores sinuosos de Arlanc, pero a falta de 3 km la realidad se impuso. Titánico el esfuerzo del kazajo. Llegó el sprint y ganó Démare, que confesó no haber tenido un día tan plácido como pareció: "Me quedé en varias ocasiones (había una cota de tercera y otra de cuarta), pero sabía que la llegada me podía ir bien e hice el esfuerzo por contactar". Mereció la pena para el ganador de la Milán San Remo 2016, que acumula más de 40 victorias profesionales.

Al atender a la prensa, antes de celebrar su victoria, Démare quiso mandar un mensaje concienciador de respeto a los ciclistas en carretera. "Todos los accidentes que se están viviendo son muy duros para nosotros", decía. Sigue líder el belga Thomas de Gendt. Este martes habrá una nueva oportunidad para los sprinters entre Le Chambon-sur-Lignon y Tullins (184 kilómetros). Los llamados a ser protagonistas de carrera, Contador, Valverde, Froome... siguen acumulando rodaje para la contrarreloj del miércoles y, sobre todo, para el colofón del fin de semana, subida a Alpe d'Huez incluida.