El Giro 100 llega este sábado a su tercera llegada en alto, tras el Etna y el Blockhaus: el Santuario de Oropa, 11,7 kilómetros de ascensión al 6,2% de pendiente media, con rampas del 13%. “No se trata de un puerto tan duro, sino pedalabile. Pienso que defenderé bien la maglia”, aseguró el líder, Tom Dumoulin. Nairo Quintana, a 2:23 del neerlandés, también cree en sus opciones de “iniciar la remontada”: “Deseamos empezar a recortar tiempo ya. Más que la victoria, buscaré meter diferencias con los rivales”.

No obstante, al colombiano le encantaría ganar en Oropa: “Allí realizó Marco Pantani una de sus mayores exhibiciones en las montañas. Me motiva emularle y lograr cosas históricas”. Pese a estas declaraciones de amor a Italia y a Pantani, la prensa italiana recoge un duro testimonio contra Nairo. Giovanni Visconti, excompañero en el Movistar y actual gregario de Nibali en el Bahrain, se desahogó en El Corriere della Sera: “Sólo pretende ser un campeón, actúa como un campeón dentro y fuera de la carretera sin importarle nada más, por eso no tiene amigos ni en el equipo”. A Nibali, en cambio, le elogió: “Le considero un gran líder. Apoya a sus chicos y se encuentra en forma para repetir título”.

Y en río revuelto quiere pescar Mikel Landa: “Intentaré aprovecharme de la vigilancia entra los favoritos”. La historia le respalda. Oropa se ha subido en cinco ocasiones, y en ninguna de ellas se impuso el vencedor final del Giro: en 1963, triunfo para Taccone y general para Balmamion; en 1993 ganó Ghirotto e Indurain se llevó su segunda Corsa Rosa; en 1999 venció Pantani (expulsado luego por hematocrito elevado) y en Milán se coronó Gotti; en 2007, la cronoescalada se la anotó Bruseghin y Di Luca consiguió su único Giro; y por último, Battaglin tomó la cima y Nairo conquistó su primera grande en 2014.

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