Luka Pibernik fue el protagonista inesperado de la quinta etapa con final en Messina. El esloveno del Bahrain atacó a falta de 8 kilómetros a tope y cuando habían pasado dos kilómetros atravesó la línea de meta celebrando de manera eufórica como si hubiese ganado la etapa. Era un error. La llegada a Messina tenía dos pasos por meta, algo que Pibernik parecía desconocer. De ahí su perplejidad cuando miró hacia atrás y vio que el pelotón seguía como un obús y le daba caza. Ahí acabó su aventura.