Mikel Landa sufrió un pinchazo a falta de diez kilómetros de la meta del Etna. Sebastián Henao le cedió su rueda delantera y Deignan le reincorporó el grupo: “Ahí me encontré con un poco de nerviosismo, se trató de un mal momento para la avería. Sin embargo, solucionamos muy bien el tema y llegué sin problemas con el resto de los favoritos. Había terreno para recuperar y la subida tampoco resultó tan exigente, hubo mucho viento”.

Al vasco se le veía buena cara en la llegada. Atento con los medios, también habló sobre la doble capitanía en el Sky: “Esta etapa no cambia nada los planes. Thomas entró conmigo (aunque picó cuatro segundos por ser tercero) y continuaremos en la misma línea hasta el próximo día exigente”. Nibali y Nairo fueron literalmente secuestrados para pasar control antidopaje y no ofrecieron ninguna declaración al concluir la jornada.