La seguridad en las pruebas ciclistas vuelve a estar en cuestión después del incidente ocurrido ayer en la Vuelta al País Vasco, cuando varios corredores se vieron afectados en una caída tras chocar con un bolardo y una valla protectora.

Los incidentes en la Itzulia no son los únicos en los que se han producido fallos en la seguridad en las carreras en lo que va de 2017. En Tirreno-Adriático, el pelotón tuvo que esperar varios minutos en un paso a nivel con barreras y Peter Sagan estuvo a punto de arrollar a una viandante que paseaba a su perro durante la contrarreloj y que se cruzó en el asfalto.

El propio Sagan también protagonizó otro incidente sonado durante el Tour de Flandes, cuando sufrió una caída al arrastrar la chaqueta de un espectador al arrimarse demasiado a una valla protectora. Sagan finalmente se fue al suelo tras chocar su rueda con uno de los pies de la valla.

En el caso de la Itzulia, los incidentes con los fallos de seguridad no son novedosos. En la edición de 2015, varios corredores chocaron contra unos bolardos mal señalizados en la Gran Vía de Lope de Haro que le produjeron graves lesiones a Sergio Pardilla. Con motivo de la llegada de la Vuelta a España el año pasado, los bolardos fueron arrancados tras el incidente de Lugo que provocó el abandono de Steven Kruijswijk.