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Ciclismo

Las 14 curiosidades de la clásica París-Roubaix

La primera edición se disputó en 1896, lo que la convierte en la segunda prueba más antigua del calendario internacional, por detrás de la Lieja-Bastoña-Lieja. El primer ganador fue el alemán Josef Fischer, con veinticinco minutos de margen sobre el segundo, el danés Charles Meyer y con veintiocho respecto al francés Maurice Garin, posteriormente ganador del primer Tour de Francia.
Esta prueba es única por la extrema dureza del terreno, unos 50 kilómetros de tramos de pavés, dentro de los aproximadamente 250 km que se suelen recorrer en total.
Roger De Vlaeminck y Tom Boonen, ambos belgas, son los ciclistas que más veces han ganado la carrera, hasta en cuatro ocasiones.
Pertenece al grupo de cinco pruebas clásicas, conocidas como 'Monumentos del ciclismo': Milán-San Remo, Tour de Flandes, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía.
Las caídas y el barro son la singularidad de esta carrera. Si no llueve durante la misma, lo ha hecho horas o días antes, y además, la estrechez de los tramos de pavés.
Se la denomina el 'Infierno del Norte' por el estado en el que quedó el recorrido al concluir la II Guerra Mundial. Un periodista escribió en su crónica que los corredores habían atravesado el 'infierno del norte'.
Johan Museeuw besa orgulloso el peculiar trofeo de la prueba en 2000. Es una réplica de los miles de adoquines por los que se pasa hasta llegar al velódromo de Roubaix. Además, el ganador recibe un premio en metálico de unos 30.000 €. En 1896, el primer ganador, el alemán Josef Fischer, recibió 1.000 francos franceses.
Los tramos de pavés pueden llegar a rondar los 4 kilómetros, y se califican con estrellas considerando su dificultad. Los tramos de 5 estrellas, debido a su gran dureza, son el bosque de Arenberg, el Carrefour de l'Arbre y Mous-en-Pévèle.
Los españoles que más cerca han estado de conseguir el triunfo, también han sido los únicos en subir al podio. Miguel poblet (1958) y Juan Antonio Flecha (2007) fueron segundos. Además, en las ediciones de 1960, y 2005 y 2010, acabaron terceros respectivamente.
En muchas ocasiones, el paso del tren durante la disputa de la prueba, ha sido juez. En 2006, con Cancellara encaminado hacia la victoria, un trío de perseguidores se encontró con las barreras bajadas del paso a nivel. Hoste, Van Petegem y Gusev decidieron cruzar antes de que el tren hiciera aparición, conocedores de que el reglamento decía lo contrario. Fueron descalificados por romper las reglas, dejando sus posiciones a Boonen y Ballan (en la imagen), que treparon al podio.
Desde la primera edición ha tenido varios puntos de inicio, pero siempre ha finalizado en Roubaix, en su ya mítico velódromo. Solo en 1986, 1987 y 1988, no fue así. Fue inaugurado en 1895.
El australiano Stuart O'Grady fue en la edición de 2007, el primer no europeo en triunfar en Roubaix.
Aunque se disputa en Francia, Bélgica parece el país local. Sus ciclistas han logrado 57 triunfos. Le siguen Francia, con 28 e Italia, con 13.
El belga Philippe Gilbert logró en 2019 el triunfo con 36 años. Un palmarés impresionante, porque de los cinco Monumentos sólo le falta la Milán-San Remo. Tiene dos Lombardías, un Tour de Flandes y la Roubaix.
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En 1896

La primera edición se disputó en 1896, lo que la convierte en la segunda prueba más antigua del calendario internacional, por detrás de la Lieja-Bastoña-Lieja. El primer ganador fue el alemán Josef Fischer, con veinticinco minutos de margen sobre el segundo, el danés Charles Meyer y con veintiocho respecto al francés Maurice Garin, posteriormente ganador del primer Tour de Francia.

Foto:BENOIT DOPPAGNEEPA

Única e inigualable

Esta prueba es única por la extrema dureza del terreno, unos 50 kilómetros de tramos de pavés, dentro de los aproximadamente 250 km que se suelen recorrer en total.

Foto:KENZO TRIBOUILLARDAFP

Más victorias

Roger De Vlaeminck y Tom Boonen, ambos belgas, son los ciclistas que más veces han ganado la carrera, hasta en cuatro ocasiones.

Foto:MEUNIERAFP

Menudo Monumento

Pertenece al grupo de cinco pruebas clásicas, conocidas como 'Monumentos del ciclismo': Milán-San Remo, Tour de Flandes, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía.

Foto:LIONEL BONAVENTUREAFP

Barro, estrechez y caídas

Las caídas y el barro son la singularidad de esta carrera. Si no llueve durante la misma, lo ha hecho horas o días antes, y además, la estrechez de los tramos de pavés.

Foto:BENOIT DOPPAGNEEPA

Decía la crónica

Se la denomina el 'Infierno del Norte' por el estado en el que quedó el recorrido al concluir la II Guerra Mundial. Un periodista escribió en su crónica que los corredores habían atravesado el 'infierno del norte'.

Foto:BENOIT DOPPAGNEEPA

El preciado adoquín

Johan Museeuw besa orgulloso el peculiar trofeo de la prueba en 2000. Es una réplica de los miles de adoquines por los que se pasa hasta llegar al velódromo de Roubaix. Además, el ganador recibe un premio en metálico de unos 30.000 €. En 1896, el primer ganador, el alemán Josef Fischer, recibió 1.000 francos franceses.

Foto:STRREUTERS

Cinco estrellas

Los tramos de pavés pueden llegar a rondar los 4 kilómetros, y se califican con estrellas considerando su dificultad. Los tramos de 5 estrellas, debido a su gran dureza, son el bosque de Arenberg, el Carrefour de l'Arbre y Mous-en-Pévèle.

Foto:FRANCK FIFEAFP

Los españoles

Los españoles que más cerca han estado de conseguir el triunfo, también han sido los únicos en subir al podio. Miguel poblet (1958) y Juan Antonio Flecha (2007) fueron segundos. Además, en las ediciones de 1960, y 2005 y 2010, acabaron terceros respectivamente.

Foto:FRANCOIS LO PRESTIAFP

El tren maldito

En muchas ocasiones, el paso del tren durante la disputa de la prueba, ha sido juez. En 2006, con Cancellara encaminado hacia la victoria, un trío de perseguidores se encontró con las barreras bajadas del paso a nivel. Hoste, Van Petegem y Gusev decidieron cruzar antes de que el tren hiciera aparición, conocedores de que el reglamento decía lo contrario. Fueron descalificados por romper las reglas, dejando sus posiciones a Boonen y Ballan (en la imagen), que treparon al podio.

Foto:FRANCK FIFEAFP

'Le vélodrome'

Desde la primera edición ha tenido varios puntos de inicio, pero siempre ha finalizado en Roubaix, en su ya mítico velódromo. Solo en 1986, 1987 y 1988, no fue así. Fue inaugurado en 1895.

Foto:Bryn LennonGetty Images

Tierras lejanas

El australiano Stuart O'Grady fue en la edición de 2007, el primer no europeo en triunfar en Roubaix.

Foto:FRANCOIS LO PRESTIAFP

Los locales

Aunque se disputa en Francia, Bélgica parece el país local. Sus ciclistas han logrado 57 triunfos. Le siguen Francia, con 28 e Italia, con 13.

Foto:LIONEL BONAVENTUREAFP

El último ganador

El belga Philippe Gilbert logró en 2019 el triunfo con 36 años. Un palmarés impresionante, porque de los cinco Monumentos sólo le falta la Milán-San Remo. Tiene dos Lombardías, un Tour de Flandes y la Roubaix.

Foto:ANNE-CHRISTINE POUJOULATAFP