Bradley Wiggins ha respondido a la acusación de dopaje tras publicarse su nombre en la lista de los Fancy Bear, el grupo de hackers ruso que destapó el escándalo. Mediante un portavoz, el ciclista británico quiso dejar claro que "esos papeles no aportan nada nuevo y que no teme ninguna sanción".

Al contrarrelojista británico se le acusa de beneficiarse en varios momentos de su carrera. Las tres primeras se remontan a 2008, cuando corría para el equipo Highroad, y vio que le concedió el permiso para utilizar salbutamol, fluticasona, formoterol y budesonida durante un período de 12 meses. "No hay nada nuevo aquí", explicó un portavoz de Wiggins en un comunicado enviado a Cyclingnews el jueves.

"Todo el mundo sabe que Brad sufre de asma, su tratamiento médico es aC y está aprobado por la UCI y, al igual que todos los atletas del equipo británico, sigue las regulaciones de la AMA a la perfección.

Los archivos también demuestran que Wiggins recibió tres TUEs separadas de acetónido de triamcinolona durante su tiempo en el equipo Sky. Se le concedió el permiso para una inyección intramuscular de 40 mg de corticoides en junio de 2011, junio de 2012 y abril de 2013. También días antes del Tour de France 2011, Tour de Francia 2012 (que ganó), y el Giro de Italia 2013.

Las dudas sobre su inocencia no dejan de perseguir a los atletas implicados. Varios son los que han dado un paso al frente, como en este caso Wiggins, aunque sea mediante su portavoz, y han dejado claro que la AMA tenía conocimiento de ello. Habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos y si salen nuevos nombres a la palestra.