—A sus 19 años ha sido el mejor Sub-23 de la Copa de España, ¿se lo esperaba?
—Quería hacerlo bien y mi director me había asegurado que tenía opciones... Son nueve carreras y nunca sabes. Es un éxito importante.

—Encima, con la dificultad de que esta competición se decide por puntos.
—Sí, no por tiempos, y eso muchas veces es más difícil. Te obliga a estar en carrera con una calculadora en la cabeza, muy pendiente de quién salta, quién va en el grupo, quién se queda...

—¿Su mejor momento?
—El triunfo en la Aitzondo. Fue bonito, con lluvia y frío. Mi primera victoria en dos temporadas como amateur.

—¿Se le da bien correr con mala climatología?
—Prefiero el sol y el calor, pero ese día salió bien.

—Usted es de Mallorca y el premio se lo entregó Joan Llaneras, un referente.
—Sí, fue especial, pero casi cualquier ciclista profesional es un referente. De todos aprendes. En mi tierra hay tradición y, aunque no todas las generaciones llegan lejos, puntualmente siempre sale algún ciclista bueno.

—Alguna vez ha mencionado que ser de Baleares le ha traído algún inconveniente.
—Empecé en la Escuela de mi pueblo, Son Servera, pero en juveniles. Si quieres estar en las pruebas importantes debes estar yendo a la península. A más carreras, más opciones de destacar. Ahora paso mucho tiempo en Onda (Castellón), donde el equipo (Seguros Bilbao) tiene un piso.

—¿Cómo se define como ciclista? ¿Algún ídolo?
—Soy rápido y paso bien la montaña. ¿Ídolos? Me gustan Valverde y Samuel.