Un recorrido montañoso para el último Tour de Contador

La montaña volverá a ser la gran protagonista del Tour 2016 que se ha desvelado este martes en París. Un recorrido de 3.519 km donde se vuelve a mirar al formato clásico de dos contrarrelojes, pero con trampa. La primera, en la etapa 13ª de 37 km, contendrá un perfil accidentado en el que, si bien tendrá un tramo intermedio para rodadores, tanto el arranque como el final serán en subida. La segunda, ya en la 18ª, una cronoescalada de 17 km que pondrá a prueba a los favoritos que hayan llegado hasta entonces con opciones.

Dos perfiles que intentarán equilibrar otra descarada apuesta por la montaña, aunque en esta edición “más repartida durante las tres semanas”, como indicó el director de la carrera, Christian Prudhomme. Esta vez sin pavés que ponga salsa al inicio, el primer contacto serio del pelotón con la gran animadora de la carrera será en el quinto episodio, con tres puertos en los últimos 40 km de los 216 que tiene la etapa camino de Le Lioran.

En un Tour donde Froome defenderá título, Contador se despedirá (al menos a priori), y la nueva generación de Nairo y compañía intentará el asalto definitivo, los Pirineos tendrán enorme protagonismo. Sobre todo en la octava etapa, con un recorrido de 183 km con cuatro puertos, Tourmalet incluido, y en la novena que saldrá desde España, en Vielha, para encarar 183 km y cinco puertos hasta la cima andorrana de Ordino Arcalis antes del primer día de descanso.

El segundo tramo tendrá momentos culminantes como el Mont Ventoux (para la fiesta francesa del 14 de julio), el paso por Suiza y la citada primera crono, pero será en la última cuando se acumula mucho de lo más duro. Desde el segundo día de descanso en Berna, cuatro etapas alpinas (una cronoescalada, un final inédito en Finhaut-Emosson, Mont Blanc y la clásica llegada a Morzine previo paso por Joux Plane) puede, como sueña la organización, decidir el Tour justo antes de los Campos Elíseos.