VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 8

Una etapa en caída libre

Ganó Stuyven. Abandonaron dos favoritos: Van Garderen y Martin. También Boeckmans, grave, y Bouhanni. Una moto tiró a Sagan. Chaves conserva el maillot rojo.

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Una etapa en caída libre
Dani Sánchez

No hay fundamentos para afirmar que los ciclistas se caen ahora más que antes, aunque lo parece. Las carreteras son mejores, las carreras se encuentran más controladas y entre las funciones de los pinganillos está la de dar aviso de los peligros de la ruta. Sin embargo, las últimas grandes vueltas están marcadas por las caídas. En el Tour 2014, Contador y Froome se quedaron así fuera de combate. En la pasada Vuelta fue Nairo quien probó el asfalto y en la presente ya contamos con favoritos eliminados en la primera semana.

Quién sabe. Quizá no haya variado el porcentaje de accidentes, sino el de ilustres implicados. Tal vez los campeones hayan perdido ese aura que los libraba de los accidentes. Nadie recuerda una caída de Indurain y la única que rememoramos de Hinault no le impidió ganar el Tour de 1985. Por no citar a Armstrong que, después de siete veranos perfectos sin apenas sobresaltos, sólo se precipitó, mucho tiempo después, en el abismo de la vergüenza.

Es posible que la ausencia de un ciclista dominador tenga como consecuencia un ciclismo más nervioso. Tampoco hay equipos que impongan su ley, salvo en etapas concretas. La velocidad de la bala también es un aspecto a considerar. Las medias se disparan cada año y a nadie sorprende (y debería) que los ciclistas superen los 50 kilómetros hora en muchos tramos de bastantes etapas. Ayer, por ejemplo. La carrera estaba lanzada cuando una montonera dejó un reguero de víctimas. Las más ilustres, Van Garderen, Daniel Martin (tercero en la general) y Bouhanni. El peor parado, Kris Boeckmans, en coma inducido. Mientras los heridos se recuperaban de la ‘explosión’, el ciclista del Lotto yacía inmóvil en el suelo. Volvimos a pensar, una vez más, que no hay deporte más expuesto ni deportistas más frágiles. Y podría ser peor. Alguien debería calcular cuántas vidas se han salvado desde que el casco se hizo obligatorio en 2003, pese a la reticencia de muchos ciclistas.

El líder también se vio afectado por la caída, aunque logró enlazar con el grupo principal, igual que Dumoulin. El factor suerte no debe ser pasado por alto. Hay ciclistas (personas) a los que persigue la desgracia y otros que corren más rápido. Hay rachas nefastas y hay épocas (pocas) en las que cada cambio de dirección encuentra el viento a favor.

En la doble subida (y bajada) a la Cresta del Gallo se desató otra tormenta. No cabían tantas ambiciones en una carretera tan estrecha. Las revoluciones se sucedieron. Asistimos a un peculiar Murcia Connection con ataques de José Joaquín Rojas, Luis León Sánchez y Alejandro Valverde. Presenciamos demarrajes, averías y expediciones rurales en las curvas más cerradas. Los ciclistas se quejan de los recorridos, pero los recorridos también podrían quejarse de los ciclistas.

La moto. La caída más absurda llegó a continuación, poco antes del triunfo al sprint de Stuyven. Peter Sagan fue arrollado por una moto cuando trabajaba por atrapar a un grupo de fugados. Puesto en pie, y abrasado en el glúteo izquierdo, el eslovaco pateó su bici y el coche médico sin que nadie le hiciera un reproche. Te pueden llover piedras, incluso fulminar un rayo, pero es inadmisible que te ataque el perro que te debe proteger.