Chris Froome cedió 27 segundos respecto al grupo de favoritos y 34 con Fabio Aru. El británico, siempre educado y con una frase para describir en los finales sus sensaciones, no se paró esta vez en Capileira. Nada más cruzar la línea de meta dio media vuelta y se marchó al bus del Sky, a 25 kilómetros, en el aparcamiento de la nave del agua mineral de Lanjarón. Alejado a 1:22 de Chaves; a 33 segundos de Valverde; a 26 de Purito; y a 25 de Nairo y Aru, mantiene un perfil bajo y no está para nada descartado (y menos con la contrarreloj de Burgos en el horizonte), pero tampoco puede permitirse muchos días malos de este tipo.

Chris Froome

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En la llegada, Mikel Nieve y Nicolas Roche atendieron a los medios después de coger aire. Los dos escuderos entraron por delante de su jefe. Roche dispone de “máxima libertad” en este primer bloque de competición: “Chris me dijo que siguiera y que buscara mis opciones”. El irlandés marcha cuarto de la clasificación, a 36 segundos de Chaves. “Aunque la Vuelta se me da bien, se trata de la grande que mejor se adapta a mis características, también tengo claro que me debo a Chris Froome y que aspiramos al título con él. Esta pérdida no significa nada, falta muchísimo terreno por disputar”.

Como Nieve tampoco esperó a Froome, ahora le aventaja en la general en un segundo: “Chris nos aseguró por la emisora que prefería subir a su ritmo, sin cebarse. No pasa nada por el tiempo perdido. Se trata de una renta recuperable con todo lo que queda por afrontar”. El vasco, cuyo futuro en el Sky aún no se ha solucionado (termina contrato), explicó cómo se encuentra su capitán: “A pesar de no sentirse al cien por cien de partida, acumula kilómetros de exigencia y no cede, lo cual es una buena señal de cara a jornadas más exigentes como Andorra, Asturias o la crono de Burgos”. En el Sky confían en que lo de Capileira sea un susto por el calor y el escaso rodaje y no un mal síntoma.