Chris Froome alimenta su deseo de hacer lo nunca visto en la era moderna de las tres grandes, el doblete Tour-Vuelta, con una frase de Walt Disney. “Todos nuestros sueños pueden hacerse realidad si tenemos la valentía de perseguirlos”, escribe estos días en su Twitter. Esa nueva era arrancó en 1995, cuando la ronda española cambió de la primavera a septiembre. Desde entonces, sólo Carlos Sastre intentó proclamarse campeón en España tras salir vestido de amarillo de los Campos Elíseos. No lo consiguió. Fue tercero en 2008 en el podio de Madrid a 4:12 de Alberto Contador y a 46 sg. de Levi Leipheimer.

A Sastre, castellano de Ávila, no le hicieron falta frases inspiradoras. Creía, y sigue creyendo, que el reto que va a afrontar a partir del sábado en Puerto Banús Chris Froome es más que posible. “Claro que es muy factible. Se pueden hacer dos y hasta las tres grandes vueltas con posibilidades reales de ganarlas. Yo lo intenté en 2008 pero me faltó apoyo para conseguirlo (tras discrepancias con Bjarne Riis cambió a final de temporada del CSC al Cervélo). Físicamente estaba bien, y eso que entre Tour y Vuelta afronté un largo desplazamiento a los Juegos de Pekín”, recuerda. En la Gran Muralla fue clave en el oro de Samuel Sánchez.

Sastre tuvo 33 días entre una carrera y otra. Froome va a disponer de menos, 26. Pero el jefe de filas del Sky no ha afrontado exigencias competitivas después. Se le vio haciendo caja en un critérium belga, entrenando con Geraint Thomas por Italia, reconociendo la crono de Burgos (39 km decisivos en la última semana) y pasando pruebas fisiológicas en Londres. “He descansado bien tras el Tour”, dijo a la BBC. “Y lo fundamental es recuperar —apostilla Sastre—. Tan importante como estar listo psicológicamente. Tener las ideas claras y no hacer excesos”. Parece que Froome sí lo ve claro, pero Sastre también advierte: “Nibali viene con un buen equipo, y quizá es quien tenga más posibilidades”.