Con cinco ciclistas para la ascensión final a Madonna di Campiglio, nadie entendía que Astana renunciara a apretar a Alberto Contador. La maglia rosa, rodeada de azul turquesa, sin amarillo amigo del Tinkoff alrededor, se permitió el lujo de coger dos segundos de bonificación en un sprint… y de no saltar tras Landa en el ataque definitivo del vasco. Simplemente marcó a Fabio Aru, segundo en la general, le remachó en los últimos metros y le metió 7 segundos más entre bonificaciones y la llegada. Mikel Landa consiguió su primera victoria en una grande en el 60 aniversario del primer triunfo de un español en el Giro: Bernardo Ruiz, en Roma, décima jornada de 1955.

A sólo 27 segundos de la tercera plaza provisional de Andrey Amador, y más fuerte que su jefe, Landa apunta al cajón de Milán. Giuseppe Martinelli, director de la escuadra kazaja, confirmó la táctica a AS: “En este momento, Contador ejerce como el patrón de la carrera. No hay nada que hacer. Queríamos imponernos en Madonna di Campiglio con Landa para acercarle lo máximo posible al podio. Mikel ha realizado un gran trabajo durante dos semanas y merecía su premio. Nuestro objetivo pasa por colocar a dos chicos de Astana en la foto de Milán”.

Una ambición legítima, pero conformista. Con el Tour en el horizonte, donde Nibali aspirará a repetir título, Martinelli da por perdido el Giro y renuncia a desgastar a un futuro rival en julio. Sus argumentos se debilitan aún más al disponer de un fuerte ejército. Gestionado de manera deficiente por el comandante, eso sí. Al técnico se le escapó otra perla al hablar sobre sus dos corredores y sus preferencias: “Yo soy italiano, como Fabio. Comprobaremos cómo evoluciona cada uno, o si debemos intercambiar roles”. Aunque se siente frenado, Landa asume su papel: “Nos encontramos en Italia, Aru es el capitán y el que tiene que concluir segundo”.

Más valiente se mostró el Movistar, que lanzó de inicio a Visconti para buscar otra victoria, y a Intxausti, para sumar los puntos de la clasificación de la Montaña. Ajeno al minuto de silencio que guardó el país entero a las 15:00, en memoria de la entrada de Italia en la Gran Guerra 100 años atrás, al pelotón le faltaban todavía 59 kilómetros para librar sus propias batallas: el pulso del grupo contra la escapada y el desigual duelo de Contador con Astana. La subida a Madonna di Campiglio la comenzaron Visconti, Dupont y Siutsou, para que terminara con Landa con los brazos en alto. 

Con Contador sobrado, la gracia de la tercera semana estará en ver cómo se mueve Astana. Y más después de que el penúltimo puerto, el Passo Danoe, con un desnivel medio del 9,2% y rampas de hasta el 14%, se cobrara víctimas de categoría: ahí se descolgaron Rigoberto Urán (que partía 4º), Van den Broeck (5º), Dario Cataldo (6º), Roman Kreuziger (9º) o Richie Porte (17º), que podría aprovechar la jornada de descanso del lunes para abandonar. La lista de inscritos tampoco era para tirar cohetes.