No pudo disputar el Trentino por un virus estomacal, pero se concentró en Sestriere con sus compañeros. ¿Cómo llega el líder del Astana?

—Sinceramente, creo que llego con fuerza en las piernas. El ciclismo es un deporte difícil y a veces puedes sufrir contratiempos en tu preparación, como esa enfermedad. Sin embargo, aproveché para entrenarme al máximo con Rosa, Tiralongo y Cataldo durante una semana. Me veo bien, con ganas de dar lo mejor de mí y de rentabilizar todo el trabajo que he hecho desde noviembre de 2014.

—El año pasado terminó tercero y logró un triunfo de etapa. ¿Siente más presión por repetir un buen resultado?

—No pienso así. Me enfrentaré a grandes adversarios, como Contador, Urán y Porte. Y quizá les beneficie más la contrarreloj de 60 km que a mí. Procuraré rendir a tope y luchar por acabar lo más arriba en la general, sin más tensiones que ofrecer todo mi esfuerzo en la carretera.

—Habla de tensiones. ¿En qué punto se encuentra su demanda contra Henderson por dudar de su pasaporte biológico?

—Ese tema no me interesa, mi mente está enfocada en el Giro. (Cuando se comunicó la ausencia de Aru en el Giro del Trentino, Greg Henderson escribió un tuit en el que le pedía que regresara limpio, y que sus problemas con el pasaporte eran algo conocido. Aunque horas después borró sus comentarios y pidió disculpas, los representantes del sardo anunciaron medidas legales).

—¿Le afectó la incertidumbre de poder perder la categoría World Tour por los positivos de su equipo en 2014?

—Tenemos la licencia, no hay más sobre lo que debatir. Olvidé esas polémicas y me centré en el ciclismo.

—Antes habló de la crono de 60 km. ¿Será el factor decisivo de la carrera?

—Sin duda, el punto crucial. Trabajé muy fuerte en la bici de contrarreloj en el invierno, pero no sé cómo saldré en la clasificación ese día. Será una sorpresa comprobar mis prestaciones, y veremos si he mejorado. La montaña de la última semana también exigirá el máximo, y pronto en la primera tocarán varias subidas. Confío en mis opciones.

—Se ha mudado a Lugano, cerca de Vincenzo Nibali. ¿Ha recibido algún consejo previo del líder de su escuadra?

—Charlamos, sí, y principalmente me ha dicho que me mantenga siempre concentrado, sin nada de relajación, en ninguna jornada. Una competición tan complicada como el Giro se conquista o se pierde en cualquier momento.

—Ha renovado su contrato con Astana una temporada más (hasta final de 2016). ¿Está feliz con la estructura?

—Sí, es mi casa, donde me dieron la oportunidad de brillar como profesional. Me ha rodeado de buenos amigos y grandes compañeros en este Giro. Disponemos de un excelente equipo, así que espero corresponder a la confianza depositada en mí.